JRF

Un blog reaccionario

«Verum, Bonum, Pulchrum»

Como el carbón (Primera parte)

por | 13 Sep 2023 | Cambio climático

Resumen

La alarma por un fenómeno natural como es el cambio climático ha llevado a los administradores de los países de Occidente a reducir las emisiones de CO2, que es un gas de efecto invernadero (natural en más de un 95%) culpabilizado de un calentamiento que dicen los alarmistas será fatal si no se revierte. Como el combustible que más CO2 emite por unidad de energía producida es el carbón, sobre el carbón se ha concentrado la condena de los calentólogos, buscando suprimirlo de la faz de la Tierra. 

Los artículos que pueden leer a continuación investigan acerca del éxito o el fracaso de los logros relacionados con ese objetivo. Ya se lo adelanto: se produce y consume más carbón que nunca.

Encontrará usted en estos artículos datos sobre la utilización del carbón en la generación de energía eléctrica y en usos industriales. Y sobre todo, podrá ver las políticas de los distintos países del mundo en materia de cancelación del carbón, cuyo futuro es negro, pero brillante, … como el carbón.

No es la primera vez que escribo sobre la situación en que se encuentra el carbón (en sus diversas variedades) como combustible. Lo he hecho aquí https://joseramonferrandis.es/carbon-el-malo-de-la-pelicula-primera-parte/ y aquí https://joseramonferrandis.es/carbon-el-malo-de-la-pelicula-segunda-parte/, no hace tanto tiempo.

Y lo he hecho porque el carbón es un combustible sólido[1], fósil[2], disponible prácticamente en todos los países[3], denso/eficiente[4], limpio[5] y seguro[6]. Lo tiene todo[7]. Fue el primero en ser utilizado sistemáticamente para generar vapor, que a su vez producía (y produce) energía de muchas formas. Así las cosas, probablemente no será la última vez que el carbón aparezca como protagonista en este blog. Lo merece.

Se supone que las decisiones de los gobiernos occidentales en materia de generación de energía, sustentadas en el Protocolo de Kioto (1995) y en el Acuerdo de París (2016)[8], pretendían minimizar las emisiones de CO2[9] para así – según ellos – hacer frente a un problema que llamaron “calentamiento global” y luego “cambio climático”. La minimización mencionada pasaba por reducir la utilización de los combustibles fósiles[10] para potenciar fuertemente las energías renovables[11]. El Protocolo de Kioto fue un completo fiasco y el Acuerdo de París es directamente inasumible[12], pero sigamos con la ficción y hagamos como que cumplimos y que todo ello sirve para algo.

Veamos ahora si el paso de los años y las restricciones impuestas sobre empresas y consumidores en Occidente han servido para reducir la presencia de los combustibles fósiles en la energía eléctrica producida. No podemos dudarlo siquiera, ¿verdad?

Pues no sólo podemos, sino que debemos dudarlo. El porcentaje de combustibles pobres en carbono[13] (referidos a la energía nuclear, hidroeléctrica, eólica y solar) alcanzó su pico del 36% del total en 1995, coincidiendo con COP1[14], la primera[15] de las 27 que llevamos financiando. Resulta que, tras 27 de estos actos multitudinarios, el porcentaje de generación de energía eléctrica por combustibles bajos en carbono fue el mismo de su pico en 1995. ¡Vaya exitazo, oiga! ¡Qué inutilidad más absoluta!

Dentro de los combustibles carbonados, la International Energy Agency (IEA)[16] asegura que la demanda de carbón para electricidad y fabricación de acero en 2022 fue la más alta de todos los tiempos, rebasando los 8.000 millones de toneladas por primera vez, superando incluso las cifras de 2013.

Por si eso no bastara, el carbón es el combustible que se halla en cabeza de todos los tradicionales. Los datos son de World Energy Data y confirman que, en 2022, el carbón supuso el 35.4% de la generación eléctrica total, seguido por el gas natural (22.7%), la hidroeléctrica (14.9%), la nuclear (9.2%), la eólica (7.2%) y la solar (4.5%), seguidas por geotérmica, biomasa y otras renovables (3.6%). Tras el acuerdo que dio lugar al Protocolo de Kioto, entre 1996 y 2012, los combustibles fósiles ganaron porcentaje en la producción total, debido al crecimiento del gas natural y la caída de la nuclear y la hidroeléctrica. La tendencia sólo se revirtió al crecer el peso relativo de eólica y solar. 

Pero hay más: la AIE/IEA afirmó que la producción de carbón crecería durante todo 2023 debido a los aumentos extractivos ya efectuados en la RP China, India[17], Rusia e Indonesia durante el primer semestre de este año (2023), sobrecompensando el descenso experimentado en los EE. UU.[18] La UE en general y Alemania en particular, completamente obcecadas en una política suicida de supresión de energía nuclear y de carbón, https://joseramonferrandis.es/alemania-se-tambalea/ han incrementado sin embargo su consumo de carbón por segundo año consecutivo. Una cosa es predicar y otra, dar trigo. Confiar ciegamente en los suministros de gas natural procedentes de Rusia es lo que tiene. Una guerra desmonta los planes más aparentemente seguros, los pone patas arriba … y vuelta al carbón.

Veamos ahora en detalle el desempeño de la RP China, que ha incrementado fuertemente su producción de carbón en 2022 y 2023, a pesar de los compromisos a que llegó en 2014 para reducir las emisiones de CO2 en los años venideros[19] y avanzar hacia la descarbonización en la economía. Pues nada más lejos de la realidad.

Como vemos en el mapa/gráfico de CREA[20]que se halla al pie, la RP China dio el OK el año 2022 a 168 nuevas centrales de carbón en 82 emplazamientos distintos, con una capacidad agregada de 106 GW. Eso significa que se han puesto en marcha dos grandes centrales eléctricas de carbón por semana. Para poner en perspectiva las magnitudes, 106 GW[21] equivalen al 71% de toda la capacidad de la UE 27 (más el Reino Unido) para producir carbón en un año[22].

China permits two new coal power plants per week in 2022 – Centre for Research on Energy and Clean Air

A efectos comparativos, veamos un gráfico en el que aparecen las centrales por categorías: Encargada/Construcción iniciada/Proyecto activado/Proyecto permitido y Proyecto retirado. Es como en el primer gráfico, pero más claro.

https://www.libremercado.com/2023-03-06/china-dispara-la-apertura-de-centrales-de-carbon-y-echa-por-tierra-la-lucha-de-occidente-contra-el-co2-6991604/

A la vista de los datos y los gráficos, el lector se dará perfecta cuenta de que esta situación inutiliza (y ridiculiza) cualquier intento de los países de Occidente de reducir[23] las emisiones globales de CO2[24].

China domina el panorama de producción y consumo de carbón, de acuerdo con su estrategia de crecimiento económico, que nadie parece criticar. En ese contexto, las políticas de la UE de prohibir la venta de coches de gasolina y gasoil en 2035[25], de reducir sustancialmente la fiabilidad y disponibilidad de la energía eléctrica, de incrementar los inanes impuestos sobre el CO2 emitido, de encarecer la vida de los ciudadanos por muchas vías distintas (la energía subyace a cada comportamiento económico)  y de reducir la eficiencia productiva (con las consecuencias subsiguientes) son simplemente criminales, o peor aún: son un error imperdonable[26].

Mientras tanto, la RP China acude sin problemas de ningún tipo al carbón para satisfacer su demanda de energía[27]. Y la UE, los EE. UU. y los restantes miembros de la comunidad occidental, liderados por la ONU, disparatan[28].

Occidente se encamina hacia su desaparición, y lo hace con una excusa ridícula, que obliga a realizar enormes sacrificios a sus habitantes para al final verse arrumbados a la orilla de la Historia. ¿De verdad cree alguien que merece la pena este sacrificio de bienestar cuando, en la práctica, no está teniendo ningún impacto global? Además, el esfuerzo recae en mayor medida sobre las personas de rentas medias y bajas, que constituyen la inmensa mayoría de la población. Esas personas se ven afectadas más gravemente, pues carecen de margen para asumir los nuevos costes (de transporte, de energía, de alimentación) con que los políticos progres les abruman.

La inepcia, incuria y miseria moral de los sedicentes líderes globalistas que auspician estas políticas inútiles, contraproducentes y gravosas es infinita[29] y debe tener un coste personal para quienes las conciben, para quienes las materializan y para quienes las ponen en práctica con carácter imperativo.

Si hablamos de los países menos desarrollados, la situación se radicaliza drásticamente. En aras de la conveniente brevedad de estos textos, lo explicaré a no mucho tardar, en una segunda entrega.

Hasta entonces, la idea esencial que quiero transmitir es que el carbón seguirá siendo utilizado en todo el mundo a todo trapo menos en la UE[30], los EE. UU. y prácticamente todos los restantes países de la OCDE[31]. Quien no lo utilice el carbón en la generación de energía y como alimento de la industria pesada estará clavando deliberadamente los últimos clavos en el ataúd. El ataúd en el que estará enterrada la clase media de Occidente, es decir, sus ciudadanos, para satisfacción de sus enemigos de dentro y de fuera.

[1] Lo que permite su almacenamiento sin costes.

[2] Se suele encontrar desde muy profundamente bajo tierra hasta en la superficie, siendo estos últimos carbones los de peor calidad y mayor emisión de residuos sólidos a la atmósfera.

[3] Esto es extraordinariamente importante. Uno de los aspectos menos tratados del carbón es su importancia geopolítica, debido a su abundancia y amplia distribución. Es relativamente fácil de obtener, almacenar y transportar. Se halla presente en todas las superpotencias y países más relevantes, lo que proporciona a éstos una seguridad impagable. Salvo los EE. UU. y Rusia, todos los demás poseen o carbón o hidrocarburos líquidos/gaseosos, pero no ambos.

[4] El carbón es uno de los combustibles naturales más densos. Su origen se halla en depósitos vegetales y animales enterrados en condiciones de alta presión desde hace cientos de millones de años. Se utiliza con frecuencia esta comparativa: una batería TESLA de 500 kilos de tara, que exige para su construcción entre 25.000 y 50.000 kilos de minerales (extraídos, transportados, procesados y ensamblados, con los enormes costes de contaminación y directos en cada fase del proceso), almacena la misma energía que 30 kilos de carbón. Can renewable energy sources supply the world with a large share of the energy it requires? – Musica Project (musica-project.eu)

[5] Igual le sorprende esta afirmación. Lea, se lo ruego. Quizá el lector tenga en mente que las plantas de generación de electricidad por carbón son sucias en sus emisiones a la atmósfera. Pero eso no es cierto. Gracias a avances como la pulverización del carbón incidente, la utilización de filtros, la reducción catalítica y la depuración de los gases de combustión, las plantas ultra-supercríticas de alta eficiencia son de bajísimas emisiones, y esto desde hace décadas. Han conseguido minimizar la contaminación por plomo, monóxido de carbono, ozono no troposférico y otros efluentes. Al compararlas con las plantas antiguas, se ha reducido el óxido de nitrógeno (NOX) en un 83%, el dióxido sulfúrico (SO2) en un 98% y las partículas en un 99.8%, si se comparan las nuevas plantas con las plantas antiguas, que no tienen esas características About Energy Analysis | netl.doe.gov.

[6] Salvo en los procesos de extracción del subsuelo, donde se ha probado históricamente muy costoso en términos de vidas humanas (debido al gas grisú https://es.wikipedia.org/wiki/Gris%C3%BA , aspecto éste que se ha minimizado extraordinariamente gracias a los avances técnicos), a partir de su extracción no genera daños por su completa estabilidad.

[7] Incluso su condena por parte de quienes, dado que el carbón emite más CO2 por unidad de energía producida que cualquier otra fuente fósil, lo maldicen y prohíben.

[8] El lector puede encontrar información sobre esos acuerdos en muchos lugares, pero seguramente aquí tenga una información más ajustada y completa https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/

[9] Si contemplamos el fenómeno desde una métrica de emisiones per capita, como algunos quieren imponer, China emitió a la atmósfera en 2019 (asumiendo que tenía 1.370 millones de habitantes, cuando se sabe bien que son 1.220 millones) 7,61 TM de CO2, en una curva inequívocamente ascendente. La Unión Europea ha pasado de 8,5 TM per capita en 1990 (era otra UE, definitivamente) a las 6,1 actuales. No obstante, Rusia encabeza la lista, con 11,8 TM de CO2 per capita.

[10] El concepto “fósil” ha quedado desfasado, tanto por consideraciones teóricas que los geólogos conocen (la abiogénesis es una de ellas) como por la generalización del fracking, que obtiene gas y petróleo de la fracturación hidráulica de cierto tipo de rocas en el subsuelo. Ya no se depende de animales y plantas muertos y enterrados hace millones de años.

[11] Las cuatro energías renovables más importantes en la generación de electricidad son la fotovoltaica, la eólica, la hidráulica y la atómica, si bien esta última sí consume (en el caso del uranio) un recurso escaso y no renovable, lo que la convierte en relativamente renovable (pues, además del uso fundamental para producir energía, los subproductos de la fisión tienen usos subsiguientes de generación energética).

[12] En el texto que les he recomendado en el pie de página 8 detallo el porqué.

[13] El carbono es el cuarto elemento más abundante del universo, tras el hidrógeno, el helio y el oxígeno. El carbono es la base de la vida en la Tierra, necesario para formar moléculas como proteínas y ADN. Y el CO2, por su parte, es simplemente valioso, imprescindible.

[14] La primera de las Conferencias de las Partes de Naciones Unidas (o cumbre del clima). COP por Conference of the Parties

[15] La COP número 27 de orden se celebró el 6 de noviembre de 2022 en Sharm el Sheij (Egipto), enclave turístico en el mar Rojo. No asistieron los jefes de los estados que más CO2 emiten del planeta, como son la RP China, India y Rusia, responsables agregados de más del 40% de esas emisiones. En 2021, la RP China efectuó por sí sola el 31% de las emisiones totales de CO2 en todo el mundo. Y creciendo. De hecho, Annual CO₂ emissions (ourworldindata.org) la RP China lleva incrementando sus emisiones de CO2 desde el año 2016.

[16] La IEA (en español, AIE) afirma: “a pesar de las perspectivas de crecimiento económico más bien tibias, la oferta global de carbón creció en 2022 un 8%, llegando a un récord de 8 634 millones de TM. Los tres mayores productores (la RP China, India e Indonesia) alcanzaron sendos récords individuales en 2022.”

[17] La RP China y la India son los mayores consumidores y su demanda crece consistentemente. En el primer semestre de 2023, superó el 5% de incremento. Ver aquí https://www.iea.org/news/global-coal-demand-set-to-remain-at-record-levels-in-2023 Y más que crecerá: Greenpeace East Asia afirma China’s 2023 coal approvals grow to 50.4 GW, as coal constricts space for energy storage, climate solutions – Greenpeace East Asia lo que pueden leer en el enlace, referido al primer semestre de 2023. Oilprice.com confirma eso mismo, justificándolo en el descenso de la producción hidroeléctrica, que era necesario compensar. China Has Approved More Than 50 Gigawatts Of New Coal Power | OilPrice.com

[18] Como se afirma aquí, As Temperatures Soar, So Does Demand For Coal (forbes.com) la demanda de carbón en los EE. UU. ha descendido en los últimos 15 años, y ello por tres razones. La primera, el fracking que, desde 2008, ha revolucionado la producción de gas natural, generando una gran competencia al carbón. La segunda, el crecimiento de las energías eólica y solar, beneficiadas sobre todo por enormes incentivos federales y estatales. Y la tercera, el gran número de normativas contra las plantas de generación de energía que funcionan con carbón (encabezadas sobre todo por los Clean Air Act Amendments de 1990), que han disparado los costes de quemar carbón. Pero todo eso es insignificante, pues los EE. UU. consumen menos del 7% de la producción mundial, y bajando.

[19] Venideros son todos, en realidad.

[20] Centre for Research on Energy and Clear Air China permits two new coal power plants per week in 2022 – Centre for Research on Energy and Clean Air

[21] Esos 106 GW promovidos por China, obtenidos de la quema de carbón, multiplican por cuatro los GW de carbón del año anterior. La cifra será la más alta desde 2015.

[22] La capacidad europea mencionada se halla en torno a los 148 GW.

[23] Sería en vano per se, pero cuando se toma en consideración el comportamiento chino, entonces se vuelve grotesco.

[24] La Unión Europea únicamente supuso el 8,5% de todas las emisiones globales en el año 2021. España efectuó el 0,62% del total de emisiones mundiales en ese mismo año.

[25] https://joseramonferrandis.es/la-union-europea-quiere-suicidarnos/

[26] Se puede soportar que los miembros de la élite política sean malvados, pero acierten. Lo que es insoportable es que además de ser malvados y malévolos, como es el caso, encima se equivoquen.

[27] En 2020, China generó el 63 % de su energía eléctrica a partir de centrales de carbón. No ha descendido gran cosa, pues en 2000, el porcentaje era del 77 %.

[28] Así se expresa María Teresa Estevan Bolea, premio mundial de Ingeniería, presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, de la Comisión Nacional de la Energía, del Consejo Superior de Industria y decana del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid: «el gran drama del mundo es el disparate del cambio climático».

[29] https://joseramonferrandis.es/reunion-de-rabadanes/

[30] Esto, según y cómo. La guerra sigue.

[31] Son muchos de los 27 y EE. UU., más Australia, Canadá, Corea del Sur, Costa Rica, Chile, Islandia, Israel, Japón, Méjico, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido y Turquía. En total, 38.

Autor del artículo

<a href="https://joseramonferrandis.es" target="_blank">José-Ramón Ferrandis</a>

José-Ramón Ferrandis

Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.