JRF

Un blog reaccionario

«Verum, Bonum, Pulchrum»

Seguro que han oído hablar de que las medidas que adoptan los gobiernos de los países de Occidente para luchar contra el llamado “cambio climático” buscan evitar grandes males. Por ejemplo, una subida catastrófica del nivel del mar derivada de la fusión de los casquetes polares, Groenlandia y los glaciares[1]; o bien, la reducción o desaparición de especies sedicentemente en peligro como lo son osos polares, batracios, pingüinos y otras muchas[2]; incluso una elevación de las temperaturas de la troposfera que haga la vida insoportable[3]. En fin, dicen que actúan para evitar un cúmulo de predicciones, profecías y amenazas que, por lo demás, se han revelado consistentemente falsas desde hace 50 años y así lo seguirán siendo.

No es de esto, sin embargo, de lo que quería hablarles hoy. Los augurios neomalthusianos se caen solos con el mero paso del tiempo y ni siquiera Münzemberg, Goebbels y su alegre muchachada de los medios de comunicación de masas podrán ocultarlo. Hoy hablaremos de uno de los efectos secundarios[4] que tiene la electrificación de los vehículos, los cuales en breve no será posible impulsar con combustibles derivados del petróleo porque así o han decidido las élites obtenidas por selección inversa de los EE. UU. y la Unión Europea.

Ustedes conocen el fenómeno del vehículo eléctrico[5], sus ventajas e inconvenientes y cómo se nos empuja sin miramientos a utilizarlo sin alternativa posible a medio plazo, a pesar de su alto precio[6]. Lo que se explica menos en la matraca globalista es su necesidad de inputs o componentes que requieren los nuevos procesos productivos, como corresponde a cualquier ruptura tecnológica de amplitud global. Y no se explica porque contradice fatalmente los principios[7]que aseguran defender los vigilantes[8] de los intereses del medio ambiente.

Un vehículo de propulsión o tracción eléctrica requiere ingentes cantidades[9] de aluminio, cobalto[10], cobre, grafito, hierro, litio, níquel, tierras raras y muchos otros minerales, a tasas o ritmos de extracción[11] nunca acontecidas en momento alguno del desarrollo de la Humanidad. Tienen que salir de algún lado[12]. Tienen que ser minados, estén donde estén. Tienen que ser transportados y procesados. Tienen que ser manufacturados. Tienen que ser utilizados en destino.

Todo ello conlleva, inevitablemente, una gran destrucción de paisajes[13] y de entornos, de cambios en los usos anteriores de la tierra. Y generan enormes montos de contaminación, por supuesto. ¿Han oído alguna vez a los voceros del clima hablar de todo ello? Probablemente no. Se lo callan. Y lo hacen porque es la cara oculta de los grandes avances tecnológicos que – dicen – salvarán la Tierra tras destruirla (lejos de su vista, eso sí) un poco o un mucho antes. Hipócritas.

Los vehículos eléctricos (VVEE) tienen que dominar el paisaje del inmediato futuro, por decreto producido a la soviética manera. Pero como la extracción de muchos elementos necesarios para su producción es muy contaminante, los reglamentos de los países más avanzados prohíben su extracción y tratamiento en territorio propio[14]. Así, los fabricantes occidentales (el caso de TESLA[15] es paradigmático) importan de varios países los elementos críticos para la fabricación, que allí sí pueden contaminar sus aguas, degradar sus suelos, o mucho peor, explotar a sus niños[16]. Hipócritas.

Veamos dos casos. Uno, la República Popular China (RPCh) y otro, la República Democrática del Congo (RDC).

China es la dictadura comunista más represiva y sangrienta que existe en estos momentos. Tanto en el interior (Uigures[17], Tíbet[18], Hong Kong[19]) como en el exterior (Taiwán[20], Vietnam[21], Filipinas, Japón, Corea del Sur y en general, cualquier país que pueda oponerse a los designios expansivos de Pekín[22]), la RPCh ejecuta una política de absoluto control, por los medios que sea necesario. La presión china es permanente y su pasado, lamentable, generando para sus ciudadanos un infierno permanente a base de hambrunas, represión y control absoluto[23].

No es sólo eso. Desde que se integró en el mercado global, la RPCh ha robado propiedad intelectual de empresas no chinas, utilizado recursos varios para impedir importaciones en su territorio, utilizado el tipo de cambio del yuan para obtener ventajas en el mercado global, manejado el dumping a voluntad para suprimir la competencia y vulnerado cada norma de la OMC desde que pertenece a ella. Todo le ha salido gratis por la obsecuencia de la propia OMC, de los EE. UU. y de la Unión Europea.

Pues bien, China posee o controla la mayoría de los elementos que integran la fabricación de los VVEE, así que las autoridades norteamericanas dejan de lado los enfrentamientos y problemas que las enfrentan a las chinas en materia de seguridad nacional[24], económica, de defensa o de derechos humanos y se centran en obtener lo necesario para construir o utilizar VVEE importados sin mirar más allá. No les preocupa (al menos, lo parece) su creciente dependencia de la RPCh, que cubren con la piadosa manta de su buena voluntad medioambiental doméstica. Hipócritas. Y más allá de la hipocresía, encontramos hasta quintacolumnistas, como pueden ver en este suelto Bernie Sanders: Confronting Chinese Tyranny is Undermining Climate Cooperation • Watts Up With That?

Vamos a la RDC[25]. Allí se encuentra el 72 % de las reservas de cobalto conocidas[26]. El minado de cobalto en la RDC se realiza en condiciones extraordinariamente penosas, sin medios técnicos modernos. Masas de personas sin cualificar son propiamente explotadas con ese fin. Pero son invisibles: están lejos, nadie se ocupa de ellos[27], no existen. Cuando el terreno minado se degrada, allí no hay organismos que reclamen su recuperación.

En general, las atrocidades que se materializan en terceros países no despiertan el interés de los EE. UU. ni de la UE. Hipócritas.

Tampoco parecen interesar a las élites extractivas[28] los costes de las políticas calentológicas en el bienestar de sus propios ciudadanos. En este texto[29] se aprecian algunos datos referidos a los EE. UU. Extraigo algunos de ellos, que transcribo literariamente: “siendo los propietarios de VVEE predominantemente de raza blanca y mediana edad, que ingresan más de 100.000 dólares al año, los datos de la Seguridad Social muestran que la media de ingresos salariales anuales en 2021 era de $ 60.575. Paralelamente, más del 60% de los adultos de los EE. UU. en 2022 dependían por completo de su sueldo, pero no sólo ellos: el 48 % de los americanos con rentas superiores a los $100,000 también se hallaban en esa tesitura. Mientras los consumidores norteamericanos luchan por mantener su estilo de vida en el día a día, muchos dependen de sus tarjetas de crédito o tiran de ahorro, lo que les convierte en financieramente vulnerables”. A las autoridades este fenómeno, que lamina a las clases medias, les da igual. O quizá es lo que pretenden.

En esa preocupante tesitura, la administración federal norteamericana sigue presionando dizque a favor de unas medidas de reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera por razones que ellos sabrán cuáles son[30], pero ya les adelanto que nada tienen que ver con el clima.

Hipócritas. Sepulcros blanqueados[31].

Los damnificados, sin embargo todo lo anterior, les seguirán votando. Hasta por correo.

[1] Que no se está produciendo en absoluto. Aquí están los datos https://joseramonferrandis.es/quien-teme-al-nivel-del-mar/ Aquí también hay unos cuantos https://joseramonferrandis.es/mentiras-mentiras-mentiras/

[2] Una larga y detallada revisión de estas pamplinas tiene el lector en el libro https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/

[3] No hay nada de eso. Vean aquí https://joseramonferrandis.es/la-temperatura-sigue-sin-aumentar1/

[4] Aparentemente indeseados.

[5] Hay sistemas alternativos, como el vehículo impulsado por hidrógeno, pero su utilización es muy inferior por varias razones.

[6] Pueden consultar el fenómeno aquí https://joseramonferrandis.es/el-coche-electrico-es-un-sindios1-sumatorio/

[7] Llamémosles así para entendernos.

[8] Nadie les ha conferido ese título, que lo han usurpado.

[9] Ingentes es un término inadecuado. Miles de millones de toneladas es más correcto.

[10] Cobalto utilizan asimismo los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles, por poner dos ejemplos de elementos vitales de amplísimo consumo. El cobalto es necesario para mejorar el rendimiento de las baterías, pues incrementa su alcance y reduce los riesgos de autoignición. Está cada vez más demandado, al calor de las exigencias administrativas de los gobiernos en relación con los VVEE.

[11] Ritmos que amenazarían, a prion, la disponibilidad. Es discutible, pero ¿ha oído usted, lector, hablar del Peak Cobalt, el Peak Nickel, el Peak Copper o alguna otra denominación que refleje la eventual escasez de estos materiales, como desde hace más de 140 años llevamos soportando la estúpida monserga del Peak Oil? https://joseramonferrandis.es/el-peak-oil/ No, no es el caso. Las escaseces sólo valen para los hidrocarburos. Los demás materiales durarán, por lo visto, eternamente. Hipócritas.

[12] Reciclaje aparte.

[13] No creo necesario insistir en el daño que los molinillos eólicos causan en el entorno y los paisajes, pero para los progresistas concienciados, no pasa nada. Se compra la voluntad del ayuntamiento de turno y allá películas. Todo sea por el progresismo en acción.

[14] Por mucho que su extensión exceda de los 9 millones de km2, como es también el caso de los EE. UU.

[15] TESLA es una empresa avanzada en la producción de coches 100% eléctricos. Estéticamente agraciados y de grandes prestaciones, son los peor cualificados de todo el elenco automovilístico mundial, pese a lo cual se siguen vendiendo. Es un fenómeno nunca visto.

[16] ¿Recuerda el lector las quejas de los progres de finales del Siglo XX referidas a cómo los fabricantes de artículos deportivos contrataban trabajadores muy jóvenes en países subdesarrollados, pagándoles una fracción de lo que darían como salario en los EE. UU. por un trabajo igual, para que éstos cosieran balones de fútbol, entre otros productos? Lo cuento aquí https://www.unioneditorial.net/libro/globalizacion-y-generacion-de-riqueza-un-mundo-mas-prospero-mas-eficiente-y-mas-justo-merced-al-comercio-internacional-y-a-la-inversion-extranjera-directa/ Estos biempensantes de izquierdas sin duda preferían alternativas a ese trabajo, pero sólo había dos: el hambre o la prostitución infantil. Eso no querían verlo, sin embargo. En realidad, eso no les importa. Se trata de elementos para el ataque al enemigo ideológico.

[17] Minoría étnica y religiosa reprimida, perseguida, recluida y acosada desde hace años.

[18] Anexionado en el año 1950, fue previamente invadido y su escaso ejército derrotado sin mucho esfuerzo por las tropas de Mao Tsé Tung.

[19] Donde la represión de las libertades tras la retrocesión por el Reino Unido no ha hecho sino crecer.

[20] La amenaza de invasión de la isla, que en sí misma es la mayor parte del territorio de la República de China, es permanente.

[21] El enfrentamiento con la asimismo estado comunista de Vietnam se remonta al año 1979. En relación con Vietnam, Taiwán, Filipinas y Malasia, sigue viva la tensión en torno a la soberanía de las Islas Spratly, que es un territorio en disputa entre todos ellos, situado en el Mar de la China meridional. La RPCh, Taiwán y Vietnam reclaman para sí la totalidad del archipiélago. Malasia y Filipinas sólo una parte.

[22] Ahora Beijing, según la fonética china.

[23] Quizá les interese echar un vistazo al excelente artículo de Jesús Sánchez Quiñones cuyo enlace ven aquí El blog de JSQ – China y el uso perverso de la tecnología – Blogs Expansion.com Si no quieren acudir a él, a continuación resumo lo más importante. El gobierno chino ha establecido el «Sistema de Crédito Social chino» (SCS). Mediante el SCS cada ciudadano y empresa tienen una calificación numérica y una nota (A, B, C o D). Esa nota irá variando en base al comportamiento de cada sujeto.

El SCS recopila datos de cada ciudadano procedentes de fuentes «tradicionales» (su historial financiero, sus antecedentes penales, sus multas de tráfico), más las procedentes de fuentes «digitales» (búsquedas en internet, preferencias de compras online e interacciones en redes sociales). El sistema incorpora información procedente de los millones de cámaras de videovigilancia gracias a su desarrollado sistema de reconocimiento facial. El sistema monitorea, evalúa y regula el comportamiento financiero, social, moral y «político» de los ciudadanos y empresas chinas. A partir de ahí se instrumenta un mecanismo de castigos y recompensas. Una mala nota en el SCS puede llevar aparejada la denegación de todo tipo de permisos, de licencias y de acceso a determinados servicios públicos; la imposibilidad de sacar billetes de avión o de trenes de alta velocidad; menor acceso al crédito; la negación de acceso a los mejores colegios, universidades y trabajos; y para remate el «escarnio público», al publicar online y en pantallas en la calle las fotos, los nombres y los documentos nacionales de identidad de los ciudadanos que han caído en la lista negra. El objetivo del gobierno es controlar el comportamiento de TODOS sus ciudadanos y empresas. El siguiente paso será la implantación del yuan digital «programable», vinculando la capacidad de utilización del dinero de cada persona a su nota en el SCS.

[24] En esta esfera se incluye un fenómeno que sólo recientemente ha empezado a preocupar seriamente a los mandatarios norteamericanos. El 23 de junio de 2023, por primera vez, el Departamento de Justicia de los EEUU ha presentado cargos contra cuatro empresas con sede en la RPCh por producir, distribuir y vender precursores químicos para fabricar fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína. Según la Fiscalía, las empresas siempre han sido conscientes de que los componentes químicos que vendían estaban siendo destinados a fines ilícitos: de hecho, sus anuncios comerciales están dirigidos a fabricantes de esta droga en los EE. UU. y México. Téngase en cuenta que el fentanilo causa la muerte diaria de 200 ciudadanos estadounidenses.

[25] El segundo país más extenso de África Negra, con 2,3 millones de Km2. y más de 100 millones de habitantes (2023). Su historia es una sucesión de crímenes y genocidios, al punto de que nunca ha logrado mantenerse en paz el territorio. Es un caso claro de Estado fallido. Más información, aquí https://www.unioneditorial.net/libro/africa-es-asi-instituciones-y-pobreza/

[26] Eso no quiere decir que no haya más, sino que no se han localizado, de momento.

[27] Y menos que nadie su propio gobierno, que a duras penas se mantiene en el poder de este Estado Fallido.

[28] Extractivas de recursos financieros, quiero decir.

[29] Carnage of Child Labor and Ecological Destruction “Elsewhere” acceptable to Wealthy Countries • Watts Up With That?, que se hace eco de este otro Carnage of Child Labor and Ecological Destruction ‘Elsewhere’ acceptable to Wealthy Countries – The Heartland Institute

[30] Pero que no tienen nada que ver con el apenas existente calentamiento de la troposfera, como hemos visto en el pie de página nº 3.

[31] Sepulcros blanqueados es la metáfora que utiliza la tradición de la iglesia católica para referirse a los hipócritas. La expresión fue empleada por Jesús en el Evangelio de San Mateo (Mt 23,1-39) para denominar a los fariseos, a quienes comparaba con sepulcros blanqueados, que relucían por fuera, pero se hallaban llenos de podredumbre en su interior. Jesús resume así su criterio, que tantas veces había expresado, sobre los escribas y los fariseos, con objeto de prevenir a la gente contra sus engaños hipócritas. En tiempos de Jesucristo, se blanqueaban los sepulcros para que no se pasara inadvertidamente sobre ellos y se convirtiera uno en impuro, según la Ley mosaica Esta metáfora es de alcance universal y se sigue empleando para tachar a alguien de hipócrita, farsante e inconsecuente con sus ideas.

Autor del artículo

<a href="https://joseramonferrandis.es" target="_blank">José-Ramón Ferrandis</a>

José-Ramón Ferrandis

Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.