Hace no mucho tiempo, un buen compañero del colegio[1] y amigo, Jesús, me sugirió producir un decálogo de asuntos básicos como guía para personas que se aproximaran por primera vez al fenómeno del cambio climático con intención de conocer sus rudimentos. Me pareció una excelente idea y, pasado el tiempo, tenemos resultados. Sin más preámbulos, comenzamos.
1.¿Existe el cambio climático?
- ¿Qué se entiende por cambio climático?
El concepto es difuso, con fronteras poco definidas. En principio, parecería referirse a que el clima cambia. En ese caso, hablar de cambio climático es una obviedad, una tautología. Conceptualmente, el clima es cambiante. No lo hace a ritmos geológicos, pero tampoco se mueve a ritmos humanos. Se entiende que para que un cambio puede ser incardinado dentro del concepto de clima ha de tener una duración de al menos 30 años. Si no, se considera tiempo atmosférico.
Debido a los vaivenes que ha experimentado la temperatura durante el Siglo XX, el término “calentamiento global” era incongruente y chocaba con la realidad, así que lo que inicialmente era denominado así resultaba difícilmente aceptable. Aún más difícil de aceptar lo es tras el período llamado “La Pausa”, que duró los primeros 16 años del Siglo XXI https://joseramonferrandis.es/la-pausa1-sigue-entre-nosotros/. Una segunda “Pausa”, desde 2017 hasta nuestros días, https://joseramonferrandis.es/la-temperatura-sigue-sin-aumentar1/ refuerza esa posición. Estaba claro que hablar de calentamiento durante un período de estabilidad o incluso leve enfriamiento de temperaturas era un contrasentido. ¿Cómo llamar entonces al fenómeno que se había comportado tan erráticamente durante el Siglo XX?
Lo cierto es que la cosa ha recibido varios nombres: calentamiento global, cambio climático, disrupción climática, emergencia climática, enrarecimiento climático, radicalización atmosférica …. en fin[2].
El clima cambia siempre, por definición. No evoluciona por igual en todas partes. Es un fenómeno de extraordinaria complejidad e impredecibles retroalimentaciones, tributario de una enorme cantidad de variables que intervienen simultánea y sucesivamente.
Los alarmistas utilizan el concepto de “cambio climático” como algo nuevo, dañino y causado por el hombre, pero en realidad no es sino una manifestación de la naturaleza del clima, que cambia per se.
Los que quieren inducir al temor de la gente con el concepto necesitan un término que evoque la fusión de los polos y la consiguiente elevación del nivel del mar, como fenómenos más repetidos, por más que no se esté produciendo nada de eso. Así que, aunque “cambio climático” es estrictamente neutro y desprovisto de sentido, lo repetirán hasta la náusea con la intención de que tenga el significado que buscan. Mientras haya temperaturas al alza, ya sabemos lo que quieren que signifique. Y cuando viren a la baja, lo pueden seguir utilizando: al fin y al cabo, cambian….
Entre 1965 y 1979, la interpretación dominante predecía un enfriamiento generalizado[3]. El 65% de los estudios (revisados por científicos) que se publicaban predecían que el enfriamiento que estaba experimentando la Tierra continuaría[4]. Científicos y público en general temían que la tendencia al enfriamiento (que empezó en los 1940s) seguiría hasta congelar el mundo, incluso a llevarlo a un nuevo periodo glacial. La prensa de entonces se hizo eco, con artículos en Newsweek[5], entre otros medios.
Existía entonces consenso sobre el frío cuando el mundo se enfriaba y hay consenso ahora sobre el calor cuando el mundo se ha calentado. Curioso fenómeno seguidista. Pero el consenso no es Ciencia. No puede serlo. Nunca podrá serlo.
- Los cambios producidos en el clima
Hace 11.700 años empezó un calentamiento en pocas décadas que dio entrada o inicio al Holoceno. El Pleistoceno había terminado.
En torno al año 10000 antes de Cristo, la Tierra entró en un período cálido y húmedo, que culminó en torno al año 6000, llamado Hipsitermal[6]. Aumentó la humedad en el Sáhara y en el Sahel, así como en la península arábiga. Las temperaturas en el centro de Asia fueron entre 2°C y 3,5°C superiores a las actuales y se incrementaron perceptiblemente las precipitaciones.
Entre el 8400 y el 8000 antes de 1950, se empezó a producir un fuerte enfriamiento[7], que generó la aridez de las zonas desérticas que conocemos. ¿Razones aparentes? Mayor excentricidad de la órbita de la Tierra, mayor inclinación de su eje y distintas fechas de perihelio[8].
En el año 5500 antes de Cristo se inundó el Mar Negro, que por aquel entonces era un lago. La falta de lluvias inmediatamente anterior lo había desvinculado del Mar Mediterráneo. Al subir nuevamente el nivel del Mediterráneo, cuando éste se halló a mayor altura, desbordó sobre el Mar Negro. Gigantescas cataratas[9] de agua salada del mar Mediterráneo se vertieron sobre el Mar Negro, el cual quedó unido de nuevo al Mediterráneo.
En la Edad de Hierro[10], las temperaturas descendieron, pero durante el período de expansión del Imperio Romano fueron más templadas.
Como se puede ver por los datos de la rápida recuperación desde la última Edad de Hielo hace 10.000 años, cuando la temperatura llegó a incrementarse a una tasa de 2,5°C por milenio, el clima puede cambiar rápida y repentinamente.
Se sospecha que la Tierra puede experimentar una caída similar de temperaturas en el inminente final de nuestro Holoceno, de manera similar a lo acontecido al final del anterior período interglacial Eemiense, cuando sobrevino la glaciación Wurm.[11] La visión de conjunto de la variación de las temperaturas explica la evolución de nuestro sistema climático mejor que si se concentra la vista en períodos cortos como el de la segunda mitad del Siglo XX.
En el libro https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ explico este y otros muchos aspectos con gran detalle. Más recientemente he desarrollado el asunto en el blog https://joseramonferrandis.es/conocer-la-historia-es-fundamental1-ii/
En el gráfico que se ve a continuación, basado en mediciones de los isótopos en muestras de hielo, que abarca 10.000 años, se aprecia claramente la tendencia a largo plazo, con algunas referencias históricas. Relativiza muy notablemente las variaciones de temperatura más recientes. Aparecen en él la civilización minoica, el Imperio romano, el Óptimo Climático Medieval y la pequeña Edad de Hielo[12].
https://edmhdotme.wordpress.com/holocene-context-for-catastrophic-anthropogenic-global-warming/
De acuerdo con el análisis de núcleos de hielo, el último milenio (entre el año 1000 y el año 2000) ha sido el más frio de nuestro actual Holoceno interglacial. La Tierra se ha ido enfriando a una tasa aproximada de ~0,14°C / milenio, aproximadamente 20 veces superior a la observada desde el Imperio Romano, más concretamente desde el año 1000 antes de Cristo.
Los partidarios del calentamiento global inducido por el Hombre consideran que un aumento de 2°C sería catastrófico. Han convencido a mucha gente, entre ella a muchos políticos occidentales, que deciden qué hacen con el dinero de la gente, previamente recolectado con carácter forzoso por el sistema impositivo. Pero ese incremento de temperaturas, si llegara a producirse, sería beneficioso, pues se aproximaría al floreciente período de la anterior época Eeemiense interglacial, hace 110.000 años, que finalizó en la glaciación Riss-Würm[13].
- El clima en los últimos 1.000 años
De este último período tenemos relatos directos, mediciones esporádicas (y luego sistemáticas), registros meteorológicos, datos de cultivos y obras históricas, literarias o pictóricas. Ya no es obligado utilizar solamente variables proxy[14]como elementos de referencia.
Sabemos que se produjo un calentamiento entre los años 950 y 1250. Se le ha llamado Óptimo Climático Medieval. En el Siglo XI, Groenlandia[15] era verde; de ahí su nombre. Toda Escandinavia era cultivable. La población de Europa creció notablemente, multiplicándose por tres entre 1050 y 1300. Fue característica del período la expansión de los vikingos hacia el Este (hasta Nóvgorod), el Sur[16] y el Oeste, con episodios en Islandia y Groenlandia, y eventualmente en las costas de América del Norte (Vinland). La evidencia del calentamiento regional en el medioevo se halla en fuentes históricas procedentes de Europa y Asia, muestras de hielo, sedimentos marinos y anillos de árboles.
En torno a 1250, el enfriamiento de la atmósfera empezó a amenazar los asentamientos escandinavos en Groenlandia hasta hacerlos inhabitables. Comenzaba la Pequeña Edad de Hielo. En 1350 se produjo un brusco descenso de las temperaturas, que vino a durar hasta 1850. En este largo período se dieron cuatro momentos de especial enfriamiento: los mínimos solares de Wolf (en torno al año 1300), Spörer (aproximadamente en 1500), Maunder (1645/1715) y Dalton (1800/1830)[17]. La existencia y duración de esta época fría se encuentra asimismo en distintas evidencias, sobre todo en núcleos de hielo, anillos de árboles, registros de longitudes glaciares y, habida cuenta de la proximidad en el tiempo, documentos históricos.
Desaparecieron los viñedos de Inglaterra. Bajó el paralelo de producción cerealista. Avanzaron los glaciares en los Alpes. Se retrasaron las fechas de la vendimia. Se congelaron con frecuencia los ríos centroeuropeos y británicos.
Es interesante conocer un par de ejemplos sobre ello. Como a cualquier español le es dado saber, el “Milagro de Empel” [18] tuvo lugar en un tiempo en el que un frío notable reinaba en Europa, hecho que se conoce bien. En 1.658, el ejército sueco invadió Copenhague caminando a través del estrecho de Öresund helado.
Pero este no es un asunto sólo europeo: se ha datado en todo el globo. En 1607, el lago Superior estuvo congelado hasta el mes de junio, siendo ese el tenor de la época. Los sedimentos del lago Malawi revelan un enfriamiento entre 1570 y 1820. Muestras de hielo de Groenlandia y la Antártida revelan la existencia de una Pequeña Edad de hielo en ambas islas. Durante ese período avanzó mucho el glaciar Franz Josef en Nueva Zelanda. Los análisis de las muestras de hielo en los Andes son similares. El puerto de Nueva York se heló en 1780.
- El clima en los últimos 100 años
Desde finales del Siglo XIX, las temperaturas se han elevado. La corriente de opinión que se hace llamar Anthropogenic Global Warming (AGW), es decir, Calentamiento Global Antropogénico[19], afirma que sigue un patrón paralelo (y subsiguiente) al del CO2. Sin embargo, ese crecimiento de temperaturas se ajusta mejor a los ciclos de temperaturas del Océano Pacífico[20]. Esos ciclos son los responsables del incremento de temperaturas entre 1914 y 1944, de la misma manera que lo son de su caída entre 1945 y finales de los años 70; entretanto, el porcentaje de CO2 se elevaba ininterrumpidamente, lo que descarta per se (por incongruencia) que las variaciones de temperatura se deban al aumento de CO2 en la atmósfera.
Vean este gráfico, que permite comprobar de un vistazo la incongruencia de que hablábamos. Recoge el alza del CO2 en ppm (es la línea negra de puntos) y lo compara con las temperaturas satelitales (en dientes de sierra, en la parte baja) de la atmósfera terrestre.
image1.png (575×381) (wordpress.com)
Hay otro gráfico más colorido. En él se aprecia la evolución de dos variables, medidas desde 1895 en los EE. UU. En la línea quebrada horizontal vemos la temperatura. En una línea de puntos caramente ascendente vemos la concentración de CO2, al que la NOAA tiene la humorada de llamar antropogénico cuando el gráfico refleja la totalidad del CO2 existente en la atmósfera. Pues bien, no hay correlación alguna entre ambas variables.
https://rclutz.com/2019/12/28/qa-why-so-many-climate-skeptics/
Dicho de otra forma, los grandes cambios al alza y a la baja en las temperaturas no lo han sido en paralelo a un incremento incesante y notable del CO2[21]. Eso ocurre porque el clima cambia constantemente, pero con un patrón que no sigue impulsos antrópicos y por completo desvinculado del CO2 como eventual causa.
En conjunto, durante el siglo XX se ha producido un incremento de 0.6°C (1,1° F) en medición de superficie[22]. La Tierra es ligeramente más cálida ahora que hace un siglo y pico, pero no se sabe exactamente por qué.
En términos medios globales, los termómetros muestran dos períodos de calentamiento desde 1900: 0,3° C con origen en causas naturales en la primera mitad del siglo XX[23] y otro incremento similar en el último cuarto del siglo pasado.
Antes de la presión ejercida por este movimiento globalista desencadenado para que creamos que el CO2 es culpable de algo, la comunidad científica aceptaba que la Tierra había experimentado siempre notables variaciones de temperatura. “El clima de la Tierra oscila entre condiciones de frío y de calor en escala geológica; en un grado inferior, varía entre los climas glacial e interglacial en los últimos 1/2 millones de años. Pero no hay una respuesta cierta. Los datos disponibles no sustentan aproximaciones simplistas”[24].
El prominente científico israelí Nir Shaviv[25] explicaba en agosto de 2019: “El cambio climático ha existido siempre y así seguirá siendo. Las emisiones de CO2 no juegan el rol principal. Sí lo hace la actividad solar”. “El vínculo entre actividad solar y calentamiento y enfriamiento de la tierra es indirecto. Los rayos cósmicos que entran en la atmósfera terrestre procedentes del espacio exterior (…) juegan un papel significativo en la formación de los núcleos de condensación de las nubes. Cuando el sol está más activo, el viento solar reduce la tasa de rayos cósmicos incidentes, rebajando así la formación de nubes blancas y reflectantes y calentando la Tierra”.
Con esto damos fin al primero de los capítulos de esta serie. Ya sabemos qué viene a ser el llamado “cambio climático” y conocemos los cambios de temperatura que se han producido sin cesar en la atmósfera terrestre.
En la siguiente entrega veremos las distintas teorías que proponen distintos orígenes para los cambios que se producen en el clima de la Tierra.
Concluyamos. Podemos resumir este texto de la siguiente manera: Los partidarios de la AGW mantienen que son las emisiones de CO2 por la acción del ser humano las responsables del calentamiento global experimentado en el último siglo y medio. Llaman a ese fenómeno “cambio climático”. Afirman que el calentamiento crece vertiginosamente y sus consecuencias serán fatales.
Los partidarios de que el clima sigue sus propias pautas, independientes en lo esencial de la influencia del ser humano, aportan datos de largos períodos que respaldan sus afirmaciones. Para ellos el binomio “cambio climático” no tiene sentido, pues el clima cambia siempre, permanentemente. Desvinculan la relación causa efecto entre CO2 producido por el Hombre y variaciones de temperaturas.
[1] Ya ha llovido.
[2] El actual secretario general de la ONU, António Guterres, ha llegado a decir, que “estamos en la era de la ebullición global”. Es imaginativo y evocador, apelando al miedo. No hay nada de eso. Vean este excelente artículo https://www.aier.org/article/global-boiling-an-assault-on-reason-and-science/
[3] https://wattsupwiththat.com/2020/11/05/global-cooling-will-kill-us-all/
[4] https://notrickszone.com/ , Kenneth Richard (Richard, 2016).
[5] Un relato de referencia de Peter Gwynne en Newsweek (28 de abril de 1975), titulado “The Cooling World.” afirmaba “Hay signos ominosos de que los patrones del tiempo en la Tierra han empezado a cambiar dramáticamente.” “… el clima parece estar enfriándose … y las hambrunas resultantes podrían ser catastróficas”. Gwynne citaba como fuentes a Murray Mitchell de la National Academy of Sciences, (NOAA), a George Kukla (Columbia University) y a James McQuigg (NOAA’s Center for Climatic and Environmental Assessment)
[6] El Máximo u Óptimo climático del Holoceno (Hipsitermal) fue seguido por un enfriamiento gradual que duró hasta el 900 d. C. A partir de ahí volvieron a aumentar las temperaturas hasta el 1300 d.C. (Óptimo Climático Medieval), surgiendo un nuevo enfriamiento que duró hasta aproximadamente el año 1850 (Pequeña Edad de Hielo) para posteriormente surgir un nuevo calentamiento global que rige hasta la actualidad. Lo iremos viendo en detalle.
[7] Salvo en la Antártida, que se calentó.
[8] El CO2 aumentó, tanto por la mayor sequedad continental como por un mayor aporte oceánico.
[9] El volumen de agua salada se calcula en unas 200 veces las cataratas del Niágara cada día, y eso durante 1.000 días. El nivel del Mar Negro se elevó 150 metros. Hay quien especula con que este pudo ser el Diluvio Universal. Parece improbable, pues el monte Ararat, donde se han hallado los restos del Arca de Noé, se encuentra lejos de la ribera del Mar Negro.
[10] Que tuvo lugar entre el 800 y el 600 antes de Cristo.
[11] https://es.wikipedia.org/wiki/Interglaciar_Riss-W%C3%BCrm
[12] En el libro mencionado https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ incorporo otro gráfico, algo más amplio, (11.000 años) en el que aparecen distintos hitos. Es más detallado y complejo.
[13] Interglaciar Riss-Würm – Wikipedia, la enciclopedia libre
[14] En paleoclimatología, un proxy climático es un registro natural que conserva características físicas del pasado, las cuales permiten medir condiciones meteorológicas para reconstruir la situación del clima en otros momentos de la historia de la Tierra. Así, las variaciones de temperatura interpretadas a partir de la anchura de los anillos de árboles se usan en climatología para inferir cambios en precipitaciones y temperaturas pasadas.
[15] Supongo que el lector se preguntará por qué Groenlandia (Grönland) se llama así. Pues se llama “tierra verde” porque era verde. Ahora es blanca porque está cubierta de hielo y nieve. Si lo hubiera sido entonces, se hubiera llamado Hvidland, es decir, tierra blanca. Eso sólo indica que el clima se enfrió desde entonces. Que antes hacía mucho más calor. Mucho más.
[16] Llegando a conquistar Sicilia a los árabes.
[17] Se refiere a mínimos de actividad solar.
[18] Durante la madrugada del 7 al 8 de diciembre de 1585, los Tercios derrotaron a las tropas neerlandesas gracias a un hecho que la tradición católica siempre ha considerado debido a la intercesión de la Inmaculada Concepción. Los Tercios estaban completamente sitiados en un montículo, rodeados por agua (desencadenada por la apertura de las esclusas del río Mosa) y por los barcos neerlandeses. No había esperanza. Esa noche se desató un viento inusualmente fuerte. La temperatura descendió bruscamente y el frío heló las aguas del río. Al amanecer del día 8 de diciembre, los antes rodeados españoles, cargando a pie sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga varada, obteniendo una completa victoria. El vencido almirante Felipe Hohenlohe-Neuenstein llegó a decir: “Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro”.
[19] El término relevante aquí es antropogénico o antrópico, es decir, generado por el hombre en el desempeño de sus actividades agrarias e industriales. De ahí se pasa sin solución de continuidad a asegurar que los procesos de crecimiento y desarrollo generadores de riqueza son responsables de la pérdida de algún paraíso perdido alguna vez existente en un desconocido lugar con ignotos pobladores. Esta idea procede de Jean-Jacques Rousseau. Es rotundamente falsa, además de risible, pero ha modelado parte del pensamiento occidental durante centurias.
[20] Cada 20 ó 30 años, el agua fría del fondo sube a la superficie, donde enfría ligeramente el aire hasta que el sol calienta de nuevo esas aguas. Éstas, a su vez, calientan el aire. Y así, hasta el ciclo siguiente.
[21] “The Economist”, en un artículo titulado A sensitive matter, manifestó el 30 de marzo de 2013: “El mundo añadió 100.000 millones de Tm. de carbono a la atmósfera entre 2000 y 2010, un cuarto de todo lo excretado por la Humanidad desde 1750.” No es objeto de duda el posicionamiento progresista del tabloide, así que….
[22] La medición de temperatura en superficie lleva aparejada un poderoso sesgo al alza. Está sobradamente demostrado que los puntos de toma de temperatura se han visto rodeados y condicionados por los procesos de urbanización, que llevan consigo un notable calentamiento del entorno y, por tanto, de las cifras registradas. Ello provoca una clara distorsión de los datos.
[23] Este período es anterior a aquél en el que la concentración de CO2 producido por el ser humano fuera suficiente para inducir eventuales incrementos de temperatura, pero esto es lo que hay.
[24] Esta una afirmación del Dr. Willie Wei-Hock Soon (Willie Soon), astrofísico e ingeniero aeroespacial malayo-estadounidense. Trabaja en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics. Es investigador en el Solar and Stellar Physics Division of the Harvard–Smithsonian Center for Astrophysics. No es la única. Por ejemplo, ésta: “Hay pruebas cada vez más fuertes de que las conclusiones de investigaciones anteriores, incluidas las de Naciones Unidas y del gobierno de Estados Unidos sobre el calentamiento global del Siglo XX, pueden haber sido influidas por la subestimación de las variaciones naturales del clima. La conclusión es que, si estas variaciones se demuestran ciertas, entonces, sí, las fluctuaciones naturales del clima podrían ser un factor dominante en el calentamiento reciente. En otras palabras, los factores naturales podrían ser más importantes de lo que antes se creía”.
[25] Nir Joseph Shaviv (julio de 1972) es un profesor de física israeloamericano que Imparte en el Racah Institute of Physics de la Universidad hebrea de Jerusalén, de la que es rector. Es especialmente conocido por su hipótesis de cambio climático asociado al sol y a los rayos cósmicos. Shaviv empezó a cursar en el Instituto Tecnológico en Haifa a los 13 años. Su máster en Ciencia (Física) y su doctorado corresponden a los años 1994 a 1996. Tras una fructífera carrera, en 2014 fue aceptado como miembro del Institute for Advanced Study in Princeton.