En la primera entrega https://joseramonferrandis.es/el-co2-es-un-gas-prodigioso-i/ hemos visto cómo las élites globalistas y sus medios asociados quieren hacernos creer que el aumento del CO2 de origen humano, que es una pequeña parte del total, estaría llevándonos a la catástrofe. Salvando esa irremontable inverosimilitud, resulta que el CO2 de la economía de mercado es letal, pero el procedente de China, India, Rusia y otros países no lo es, y el que no lo crea, sea anatema. Es mucho pedir, ¿no les parece?
En la segunda entrega https://joseramonferrandis.es/el-co2-es-un-gas-prodigioso-ii/ hemos conocido hasta dónde puede llegar la temperatura de la atmósfera por razón de la elevación del peso relativo del CO2 (natural y antropogénico) en el conjunto de los gases de efecto invernadero. Los límites fisicoquímicos del calentamiento son claros.
En esta tercera entrega vamos a ver parte de la gran cantidad de efectos positivos que tiene el CO2 sobre el clima, la vegetación y los seres vivos. Son tantos y tan diversos que llama poderosamente la atención que se oculten sistemáticamente. O yendo un poco más allá, cuando tanto neomalthusiano profetiza una inminente catástrofe planetaria debida a las emisiones de dióxido de carbono antropogénico, se ignora sistemáticamente que el volumen de la vegetación en la Tierra aumenta desde hace al menos 30 años. Lo vamos a ver ahora mismo.
Los humanos no existiríamos si no hubiera CO2 en la atmósfera. El dióxido de carbono atmosférico es la materia prima básica a partir de la cual las plantas fabrican sus tejidos[1], que a su vez son los materiales a partir de los cuales nosotros y los animales construimos los nuestros. Así que, con los pasos implícitos, los humanos – y el resto de la biosfera – somos seres de carbono[2]. En buena lógica, cuanto más CO2 haya en la atmósfera, mejor para todos.
La concentración actual de 420 ppm es baja en relación con la media de los pasados 300 millones de años, oscilante entre 1.000 y 1.200 ppm, por lo que la aproximación a esa media tiene que ser beneficiosa para el crecimiento de las plantas. Tiene que serlo y lo es. La historia del clima muestra que cuando ha habido más CO2 en la atmósfera, en la Tierra ha habido más vida.
En 2016, la NASA publicó[3] los resultados de medidas satelitales efectuadas entre 1982 y 2015[4]. La vegetación del mundo[5] ha crecido un 15% en 35 años, debido esencialmente al incremento de concentración del CO2[6]. Eso equivale a un aumento en hojas[7] de plantas y árboles de dos veces la superficie de los EE. UU. contiguos[8].
Este resultado no se debe sólo al CO2, responsable en un 70% del efecto reverdecimiento. A ello cabe sumar el nitrógeno depositado sobre la tierra, originado por la quema de combustibles fósiles, el pequeño calentamiento de la atmósfera, una levemente mayor pluviometría y a los cambios de uso de la tierra[9].
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En otros estudios[10] se verificó que “aproximadamente el 61% de la zona con vegetación entre los paralelos 40° y 70° norte[11], en Eurasia, mostró un aumento persistente en la temporada de crecimiento”. Esa franja tiene una longitud de unos 6.000 Km. El reverdecimiento ocurre prácticamente en todas partes[12], pero sobre todo en una en la que estamos acostumbrados a leer que se está desertificando, el Sahel. Los datos contradicen frontalmente los mitos. Se ha producido en esa zona un claro aumento de la vegetación entre 1982 y 2003.
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Lo cierto es que los bosques se han expandido[13] en todo el mundo[14] debido, en parte, al aumento del CO2, y ello a pesar de la salvaje deforestación materializada en enormes áreas africanas, amazónicas o indonesias. Pero no creamos que el CO2 afecta sólo a los bosques o a las praderas. Lo verdaderamente trascendente es que multiplica los rendimientos de las cosechas. Todos los países de mundo baten incesantemente sus propios récords de producción. El apocalipsis tendrá que esperar.
Veamos el caso del trigo, alimento básico para el 35% de la población mundial. Tras un año de incertidumbre derivada de la invasión rusa de Ucraina, la producción de trigo ha vuelto a incrementarse. En el Reino Unido se espera un alza de 450.000 Tm. respecto de la anterior. Lo mismo ocurre en Zimbawe, China, incluso en la India, donde se espera una cosecha récord de todos los tiempos de 112 millones de Tm.[15]. Una temperatura más alta y mayores períodos de crecimiento, junto con mayores concentraciones de CO2, han ayudado a las plantas a realizar la fotosíntesis con mayor eficiencia[16] y de ahí los resultados, que alimentan a cada vez mayores poblaciones.
Vean el gráfico con unos cuantos países.
Record Agricultural Yields Should Allay Climate Fear | Watts Up With That?
¿Y qué ocurre con otras producciones? ¿Se comportan como el trigo? Vean el gráfico al pie.[17]
Temperatures and Yields | Watts Up With That?
Las cosechas se han venido incrementando, con sus dientes de sierra, desde 1960. Se entiende que el aumento del CO2 atmosférico ha contribuido sustancialmente al mayor rendimiento de las cosechas de todas las especies cultivadas[18]. Un mayor porcentaje de CO2[19] estimula el crecimiento de las plantas y reduce su necesidad de agua[20]. Su productividad crece.
Mas no hablemos sólo de cifras de producción. Los efectos de un aumento de la concentración del CO2 son muchos más. Les voy a mostrar sólo unos pocos.
El aumento del dióxido de carbono atmosférico es un antídoto contra los daños biológicos de rayos UV-B incidentes sobre la superficie del planeta que se deben al debilitamiento de la capa de ozono. Además, el enriquecimiento de CO2 atmosférico estimula el crecimiento de las cosechas, plantas leñosas y especies halófitas[21] que se desarrollan en condiciones de alta salinidad.
Mayores concentraciones de CO2 atmosférico refuerzan las bacterias beneficiosas del suelo y de los entornos líquidos anaeróbicos en su secuestro de carbono y nitrógeno, lo que estimula los ecosistemas. Al incrementarse la fijación del nitrógeno en la mayoría de las leguminosas[22], eso conduce a una mayor disponibilidad de nitrógeno en el suelo, a mayores cosechas y a una creciente productividad natural de los ecosistemas. Los suelos originalmente bajos en nitrógeno que han sido enriquecidos por CO2 adicional suministrado a las plantas que crecen en ellos, continúan proporcionando durante muchos años suficiente nitrógeno para mantener el crecimiento de las plantas que se registró originalmente[23].
Mayores concentraciones de CO2 atmosférico aumentan la biodiversidad; menores concentraciones la reducen. Mayores concentraciones de CO2 elevan la resistencia de las plantas a las enfermedades a través de cambios en su anatomía, su morfología y su fisiología[24]. Además, reducen o incluso anulan el daño que el ozono troposférico causa en las células de las plantas. Adicionalmente, reduce el stress que el calor induce en las plantas y las ayuda a recuperarse.
Lo dejo aquí, pues parece ser suficiente. La conclusión es que el CO2 debe ser visto como lo que es, el fundamento de la vida en la Tierra.
[1] Los animales superiores se alimentan de ellos (granos, vegetales, frutos) y también de otros que se alimentan de ellos (aves, rumiantes). Ya hemos hablado de la cadena trófica.
[2] Si esto recuerda al lector la obsesiva descarbonización que nos rodea y acucia, tiene sentido. Aborto y eutanasia proliferan a la vez, no por casualidad. Recuerden a Henry Kissinger, aún entre nosotros.
[3] https://www.nasa.gov/feature/goddard/2016/carbon-dioxide-fertilization-greening-earth
[4] Los detalles se encuentran en el libro “Crimen de Estado”, ya mencionado con anterioridad https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ . Presento aquí una ilustración distinta de la que aparece en el libro, efectuada por la propia NASA, que es muy voluminosa.
[5] No sólo la vegetación, sino su calidad: más CO2 en la atmósfera incrementa la densidad de la madera en los árboles, mejorando sus propiedades.
[6] En un artículo publicado el 26 de abril de 2016 en Nature – Climate Change. Los investigadores Zhu y Myneni fueron los principales autores. El título es Greening of the Earth and its drivers
[7] Las hojas verdes utilizan la energía del sol a través de la fotosíntesis para combinar químicamente CO2 obtenido del aire, junto con agua y nutrientes del suelo, para producir azúcares, que son la fuente principal de alimento, fibra y energía para la vida en la Tierra. El aumento del CO2 refuerza la función clorofílica y, por lo tanto, potencia el crecimiento y la producción neta de biomasa.
[8] 7.825.268,25 Km² X 2 = 15.650.536,5 Km².
[9] Fertilización y riego donde sea de aplicación.
[10] En la edición de septiembre de 2001 de la revista Journal of Geophysical Research se publicó un artículo, (Liming Zhou, autor principal) relatando la primera teledetección (en el infrarrojo) desde satélite de las variaciones de vegetación en el hemisferio norte, entre 1981 y 1999.
[11] El paralelo 40º corresponde a Madrid. En China pasa cerca de Beijing. El paralelo 70º se sitúa al norte de Escandinavia.
[12] El calentamiento detectado ha permitido a las plantas colonizar espacios más al norte y más al sur de sus hábitats habituales, expandiendo la vegetación y tendiendo a vencer a los desiertos. Las plantas son más eficientes, más resistentes a temperaturas extremas y requieren menos agua, lo que les permite un mayor desarrollo vegetativo en las regiones con problemas de aridez. Tengamos en cuenta que el 90% de las especies de seres vivos prospera en los trópicos y menos del 1% sobrevive difícilmente en los polos. Lógico: las especies encuentran menores problemas y mayores facilidades donde hay más calor ambiental.
[13] Matt Ridley se lo cuenta aquí. Ridley estudió zoología en la Universidad de Oxford. Desde los años 80 desarrolló una labor de comentarista científico en la BBC, The Economist y The Times.
[15] Obviamente, no es sólo debido al CO2; variedades más productivas, ingeniería genética, fertilizantes y tecnologías avanzadas tienen su parte en el éxito.
[16] Si el lector tiene 2 minutos 13 segundos a su disposición, puede ver este vídeo demostrativo El CO2 ayuda a crecer
[17] Cebada, mandioca, maíz, palma, colza, arroz, sorgo, soja, caña de azúcar y de nuevo, trigo.
[18] Sigue habiendo quien no está de acuerdo. El más relevante es el IPCC, cómo no. Vean lo que afirma. Para eso les pagan: Declines in yields and crop suitability are projected under higher temperatures, especially in tropical and semi-tropical regions. Heat stress reduces fruit set and speeds up development of annual vegetables, resulting in yield losses, impaired product quality, and increasing food loss and waste. … All models project an increase in the risk of hunger, with the median projection of an increase in the population at risk of insufficient energy intake by 6%, 14%, and 12% in 2050 for SSPs 1, 2 and 3 respectively. (La negrita es del autor).
[19] Nada nuevo: en horticultura, el crecimiento de las plantas es estimulado sistemáticamente incrementando el nivel de CO2 en los invernaderos industriales hasta multiplicar por 3 el nivel medio de la atmósfera, es decir, hasta ~1.200 ppm.
[20] Mayores concentraciones de CO2 reducen el número de estomas de las plantas por unidad de superficie en las hojas, o bien los estomas tienden a cerrarse cuando aumenta el CO2 del aire. A través de los estomas, las plantas ingieren CO2 y ceden agua y oxígeno al aire. Tener menos estomas implica menor evapotranspiración, menor sensibilidad a la contaminación y mayor resistencia al frío y al calor. En otras palabras, mayor eficiencia. Ese es un efecto positivo más del aumento de CO2 en la atmósfera.
[21] Las plantas halófitas viven en contacto con el agua salada a través de sus raíces. Crecen en marismas, playas y manglares.
[22] Las leguminosas crean relaciones simbióticas con bacterias que fijan el nitrógeno en el suelo.
[23] Los alarmistas climáticos afirman que los crecimientos de las plantas plurianuales inducidos por el aumento del CO2 son efímeros. Sí, las plantas crecerían al principio, pero ese efecto desparecería con el paso del tiempo, al agotarse el nitrógeno. La teoría se denomina Progresiva Limitación del Nitrógeno. Es falsa.
[24] Hace más: un mayor porcentaje de CO2 aumenta la producción de carbohidratos, proteínas, grasas, aminoácidos y fibras en diversas plantas. En el caso de la alcaravea, por poner un ejemplo, aumentaron los contenidos de minerales, vitaminas, fenoles y sus capacidades antioxidantes y antibacterianas.