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JRF

Un blog reaccionario

«Verum, Bonum, Pulchrum»

Como el carbón (segunda parte)

por | 20 Sep 2023 | Cambio climático

Resumen

La alarma por un fenómeno natural como es el cambio climático ha llevado a los administradores de los países de Occidente a inducir la reducción de las emisiones de CO2, que es un gas de efecto invernadero (natural en más de un 95%) culpabilizado de un calentamiento que dicen los alarmistas será fatal si no se revierte. Como el combustible que más CO2 emite por unidad de energía producida es el carbón, sobre el carbón se ha concentrado la condena de los calentólogos, buscando suprimirlo de la faz de la Tierra. 

Los artículos que pueden leer a continuación investigan acerca del éxito o el fracaso de los logros relacionados con ese objetivo. Ya se lo adelanto: se produce y consume más carbón que nunca.

Encontrará usted en estos artículos datos sobre la utilización del carbón en la generación de energía eléctrica y en usos industriales. Y sobre todo, podrá ver las políticas de los distintos países del mundo en materia de cancelación del carbón, cuyo futuro es negro, pero brillante, … como el carbón.

Analicemos hora el caso de la India, un país que crece vertiginosamente desde que dejó de comportarse como socio y amigo de la Unión Soviética (que se hundía) y se integró en el mercado global. El PIB de la India pasó de 390.000 millones de dólares en 1990 a 2.600.000 millones en 2020, lo que supone un crecimiento anual del 6,7 %[1]. Eso fue posible no sólo por la integración de la India en el proceso de globalización económica, sino por el fuerte aumento del uso del carbón en la industria pesada, en la generación de energía y en los hogares indios[2]. El uso de la energía procedente del carbón pasó en India del 50% en 1971 al 76 % en 2015. Desde entonces no ha parado de crecer, tanto en términos absolutos como relativos. Y no se columbra alguna buena razón para que deje de hacerlo en un futuro previsible.

Es lógico desde su punto de vista. La demanda de energía en India creció de 34.200 millones de kilovatios/hora (kWh) en 1970 a 1 billón 236.000 millones de kWh en 2020. Paralelamente, el consumo per capita pasó de 126 kWh en 1974 a 1208 kWh en 2020, lo que supone un gran salto, sí, pero deja a los indios muy por debajo de Occidente (la OCDE, vaya), de la RP China, de Rusia, de Brasil y de tantos otros[3]. Y quieren colmatar esa diferencia, a base de carbón, que es lo más barato que pueden encontrar, amén de no tener que pagar en divisas[4] más que una parte del carbón consumido.

To earn a living, many local residents collect and sell coal from the Jharia coalfield in Dhanbad. (Sarker Protick for TIME)

How India Became the Most Important Country in the Climate Fight | Time

En otros términos, mientras la RP China tiene 1.000 GW de capacidad instalada (en centrales de carbón), India sólo posee 200 Gigawatios. Si la RP China alberga 1.220 millones de personas, la India se aproxima vertiginosamente a los 1.400 millones, así que si alguien espera que la India baje el pistón, que pierda toda esperanza[5].

Mientras en Occidente los administradores irresponsables cargan el consumo de la energía con ridículos e inútiles[6] impuestos sobre la emisión de CO2 a la atmósfera, en India se subvenciona el uso de carbón[7], el mayor emisor de CO2 a la atmósfera. Ambas instancias no pueden tener razón a la vez, por mucho que las circunstancias sean distintas, porque la atmósfera es una sola.

Antes de continuar, vamos a efectuar una pequeña digresión en relación con los impuestos con que los administradores de los países de Occidente gravan la emisión de CO2 (como si el CO2 fuera un contaminante, igual) a la atmósfera. ¿Por qué lo hacen? Pues lo hacen por dos razones. La primera es porque esos administradores, que lo son por su pertenencia a un partido político cualquiera[8], no tienen otra finalidad que obtener el poder político y perpetuarse en él. La segunda es que cuantos más recursos tenga a su disposición el aparato del Estado, que se halla en poder de los partidos en el gobierno, más crecerá el propio partido, sus adláteres y sus beneficiados, lo que a su vez, en una rueda sin fin, tiende a engrosar el erario sin límite previsible.

Para ello, gravan cuanto está a su alcance. Y el CO2 es un pato cojo, pues sus emisiones están tasadas.

Se supone que, cuanto más gravamen soporte un bien o input productivo, mayor será su precio. Ese mayor precio debería disuadir de su uso, trasladando el gasto (o la inversión) a bienes o elementos productivos que tengan menos componente de CO2 y sean, por tanto, más baratos. La racionalidad está clara; hay que encarecer las tecnologías más emisoras de CO2 en destino[9] para hacerlas inviables, enriqueciendo a los gestores de la cosa pública en el camino. El medio se ha convertido en fin.

¿Cómo lo justifican? Diciendo que el CO2 es dañino y constituye un fallo de mercado[10]. Eso justificaría la intervención del gobierno[11] y la aplicación del inmediato impuesto compensador. El argumento es falso, pero cuela. Una vez encarecido el input gravado, se supone que el usuario del mismo abandonará las tecnologías intensivas en CO2 para decantarse por otras y no tener que pagar el impuesto. ¿Las hay? Sí, pero no permiten prescindir totalmente del CO2. Por ejemplo, una compañía eléctrica quiere evitar pagar por usar combustibles con carbono y se desplaza (las sustituye) a las ineficientes solar y eólica. Pero TIENE que mantener las centrales de gas para cuando no sople o no luzca[12]. Así que el generador ha caído en una trampa: invierte en las ineficientes energías alternativas[13], pero se ve obligado a mantener las tradicionales[14].

De momento, el ministro de energía de la India se ríe en la cara de los líderes occidentales[15] que acudieron al G20 recién celebrado en Nueva Delhi el 9 de septiembre de 2023[16]. Cuando R. K. Singh[17] defendió la utilización de combustibles fósiles[18] por parte de la India, poco le importó que muchos de sus invitados dijeran oponerse. Descalificó las críticas como ridículas y defendió priorizar el concepto de “consumo de energía per capita[19]. Por la cuenta que le trae, claro está. Mira, uno que defiende sin complejos los intereses de su propio país. De esos no nos quedan por aquí.

La estrategia de India pasa por aumentar su dependencia del carbón, a pesar de las llamadas de atención de Occidente para que reduzcan esa dependencia.

En esa línea, la India calcula que va a quemar un 8% más de carbón durante el año fiscal 2023/2024[20]; tengamos en cuenta que, en enero de 2023, la producción india de carbón ha sido superior en un 16,4% a la de 2022, hasta llegar a 607,97 millones de toneladas. El ministro indio del carbón planea extraer 1.000 millones de toneladas en 2023/2024, lo que, siendo exageradamente optimista, pone de relieve por dónde van los tiros. Y la expectativa es que la elección del carbón se va a mantener durante varias décadas, porque sus autoridades[21] no se van a arriesgar a tener dificultades con el crecimiento previsto para quedar bien en el concierto internacional, como hace la RP China[22].

India lo tiene claro y, como hemos visto, sus responsables políticos llaman hipócritas[23] This World Leader Is Calling Out the Western Climate Hypocrites • Watts Up With That? a los administradores occidentales. Lo hacen en la cara de éstos y en casa de los indios. Es una vergüenza estar representados por estos cobardes obsecuentes, incapaces de reaccionar con dignidad.

Eso, en India. Porque en Europa, las cosas no son como quieren hacernos creer. Ya sabemos que Alemania incumple sistemáticamente sus objetivos climáticos y es de los países europeos que más CO2 emite a la atmósfera, mientras vende de puertas afuera la monserga calentológica. Lo hemos visto aquí https://joseramonferrandis.es/alemania-se-tambalea/ y aquí https://joseramonferrandis.es/en-alemania-pintan-bastos/ . La compañía energética RWE ha llegado al extremo de desmantelar (es decir, derribar) 8 generadores eólicos[24] (y por supuesto, las viviendas del entorno) para extraer el lignito situado bajo esas torres y bajo las casas de una aldea en Renania del Norte-Westfalia. Y es que RWE ha acordado con los gobiernos regional y federal la ampliación de la mina de Garzweiler bajo la zona que ocupaban casas y molinos[25].

El miedo a lo que pueda ocurrir este invierno y el siguiente ante el corte de gas ruso está provocando que las medidas que se adoptan ahora sigan justo la senda contraria: además de ampliar la mina, RWE mantendrá abiertas dos de sus centrales de lignito hasta marzo de 2024. De momento.

Es irónico, dada la tesitura teórica vigente en Alemania, reabrir minas de lignito[26] cerradas, pero lo hacen porque están desesperados[27]. Tan es así que el canciller Scholz ha firmado una autorización para reabrir 27 centrales térmicas de carbón que se habían clausurado[28].

La política energética alemana ha recibido cordiales denuestos desde hace tiempo[29]. Se veía venir que pasarían de estar a los pies de Rusia a hundirlos en el lignito nacional. Sic transit gloria mundi.

Alemania, que ya no tiene la espita del gas ruso abierta a tope, lo busca ansiosamente desde Qatar hasta Canadá. Frío se presenta este invierno para los ciudadanos y la industria alemana[30].

Pero esto no sólo acontece en Alemania; lo mismo va a tener lugar en Austria, Francia, Italia y Países Bajos. En España no puede ocurrir porque el gobierno ha volado las centrales térmicas, hecho por el que se pedirán responsabilidades personales a sus integrantes.

Dejando de lado la UE, el Reino Unido va a abrir su primera mina de carbón[31] en tres décadas. Miren el aspecto que tendrá, con sus discretos tonos grafito.

Proyecto de la nueva mina de carbón en Cumbria, Inglaterra

Reino Unido abrirá la primera mina de carbón en tres décadas (eldebate.com)

¿Que esta medida contradice la política climática británica? No importa, la hipocresía tiene allí su sede. Y si no, recuerden que dos viejas plantas de carbón que habían sido cerradas han tenido que ser reabiertas por el frío reinante el pasado invierno[32].

Es patético. Tras miles de millones de los contribuyentes gastados en energías renovables, llegan el anticiclón y el frío y los generadores no pueden hacer frente a la demanda de calefacción. No se puede ser más inútil y traidor a tu patria[33].

Las cosas están llegando a tal límite que las grandes empresas energéticas, productoras de electricidad, reaccionan contra la mano que les da de comer, tal es la perspectiva a la que se enfrentan. Veamos un par de ejemplos. Uno es en los EE. UU. El otro, en España, créanme.

El de los Estados Unidos se concreta en una solicitud efectuada por Dominion Energy, una gran empresa eléctrica del Estado de Virginia, que acaba de comunicar a las autoridades del Estado que prevé no poder cumplir con el horizonte 2045 cero CO2 que se encuentra en la ley de Economía Limpia[34], la Virginia Clean Economy Act (VCEA). La empresa no cree poder retirar sus generadores de combustible fósil (no se refiere a sustituir los obsoletos), sino más bien, calcula tener que incorporar otros nuevos, incrementando su dependencia del gas natural, ya que del carbón resulta imposible por la acción del gobierno federal. Y lo hace relacionando su capacidad de producción con la demanda futura. En otras palabras, si el Estado quiere que Dominion Energy suministre a sus clientes, es imposible cumplir con la VCEA. Y si cumple con la VCEA, habrá cortes y apagones[35]. Buena disyuntiva. Y como es pionera, vamos a ver qué ocurre. Compremos palomitas.

Por cierto, Dominion Energy opera en 16 estados de los EE. UU., así que la cosa no es tan local como parece.

El caso en España llama la atención. Los consejeros delegados de Endesa, Iberdrola y Repsol[36] han criticado fuertemente los excesos de las políticas del gobierno de España en materia climática. Corríjanme si me equivoco, pero creo que es la primera vez que ocurre tal cosa.

Los críticos han apelado a tener en cuenta la realidad en la que vivimos. No dudan acerca del falso fondo de la cuestión[37], por lo que yerran el tiro, sino a que lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Eso no lo entiende la burocracia, que aspira a modelar la realidad a su antojo, pero al final, no es el antojo quien prevalece.

Moraleja: ya pueden los EE. UU., la UE, los estados miembros (en particular el nuestro, con el gobierno a la cabeza) y hasta el sursum corda vociferar sobre el calentamiento global, condenar las emisiones de CO2 de nuestras industrias y nuestros servicios, gravar enloquecidamente lo que les place para así hacerse con toda la tarta del gasto, que los países más poblados del mundo, los que más CO2 emiten a la atmósfera, van a seguir haciéndolo, a tasas crecientes. El sacrificio que nos imponen será inútil, dentro del sinsentido que supone reducir las emisiones del magnífico gas CO2, al que debemos la vida[38]. Una doble inutilidad defendida e impuesta por la mayoría de los políticos.

[1] Podemos situar a la India en la pequeña cohorte de los milagros, junto con Alemania (1948), Japón (1952), España (1959), Corea del Sur (1960), Irlanda, Singapur… y la propia RP China (1979).

[2] Vean la foto siguiente. Ilustra al respecto.

[3] El consumo per capita de India en materia de electricidad es 10 veces inferior al de los ciudadanos de los EE. UU., Canadá y Corea del Sur. Los indios tienen el mismo derecho que la gente de los países desarrollados de utilizar tanta energía como puedan producir para alcanzar la prosperidad. Exactamente el mismo que los ciudadanos de Occidente para no perderla o incrementarla, por supuesto, digan lo que digan los manipuladores de la opinión.

[4] La importación de carbón para electricidad en India se incrementó un 15% en 2022.

[5] “La seguridad energética es mi primera prioridad… No pondré en peligro la disponibilidad de energía para el desarrollo de este país (La India, nota del autor)”, dijo el ministro de Energía indio, R.K. Singh, hablando de su posición sobe el carbón.

[6] Inútiles para el fin propuesto, como luego veremos.

[7] India subsidia el uso de los combustibles fósiles muy por encima de lo que lo hace con los combustibles “verdes”, a la inversa de cuanto ocurre en los países de Occidente.

[8] Cualquiera quiere decir que da casi lo mismo uno que otro, salvo excepciones que de momento son minoritarias.

[9] “En destino” significa en el momento de generar energía. No así durante su fabricación, cosa que no interesa aclarar ni cuantificar.

[10] Arthur Pigou sugirió en 1912 que las externalidades (efecto secundario externo o coste sobrevenido como consecuencia de efectuar un proceso productivo) debían ser resueltas mediante impuestos que recayeran sobre el causante de la externalidad y compensaran así esos costes a la sociedad.

[11] Ellos dicen “del Estado”. ¿Qué quiénes son ellos? Pues quienes se enriquecen con nuestros impuestos.

[12] Como dijo el ministro Singh, “las (energías) renovables no son una alternativa realista a los combustibles fósiles para generar grandes cantidades de electricidad. La exigencia de respaldar eólica y solar con baterías multiplica su coste cinco veces”.

[13] El coste de las energías renovables no es un problema sólo en las economías en desarrollo. También en los países más ricos, eólica y solar son conocidas por aumentar el coste total de la energía.

[14] La situación está empezando a cambiar.

[15] Los anfitriones han recodado a los asistentes al G20 que representan a los EE. UU., Reino Unido, Alemania, Canadá y similares (los cuales pretenden eliminar el uso de los combustibles fósiles en los países en desarrollo) que en su día, carbón y petróleo ayudaron a generar la riqueza occidental.

[16] Si ustedes creen que alguno de ellos, presa de un agudo y repentino ataque de dignidad herida, se levantó de la sala y se marchó, indignado ante el insulto, se equivocan. Y es que no es un insulto, en realidad, sino la descripción exacta de un comportamiento. Simplemente agacharon la cabeza, que en realidad no es la suya sino la nuestra. Eso nos pasa por tener esta gente al mando.

[17] El ministro Singh dijo que la India es un líder en transición energética y acción climática, y que la narrativa diseminada por “algunas ONGs en el mundo desarrollado” es completamente desorientadora.

[18] “Si uno tiene una economía que crece al 7%, la electricidad proveniente del carbón crecerá también”, dijo el ministro. “Obtendremos la energía para nuestro crecimiento porque tenemos derecho a crecer. La hipocresía de los países desarrollados es asombrosa.”

[19] Las emisiones per capita de la India están entre las más bajas de los países que más utilizan combustibles fósiles y muy por debajo de la media mundial.

[20] India expects utilities’ annual coal demand to surge about 8 per cent after renewables shortfall, ET EnergyWorld (indiatimes.com)

[21] En la COP27 de Sharm El Sheikh (Egiptp),el ministro del carbón de India, Pralhad Joshi, hablando a la manera de Buzz Lightyear, dijo que el carbón jugará un papel importante “por lo menos hasta 2040 y más allá”. Así que, continuó, “no hay a la vista transición alguna desde el carbón”.

[22] El complejo climático industrial (recuerden la expresión de Dwight D. Eisenhower sobre el “complejo militar industrial”, que se refiere a un fenómeno de colusión similar) ha acusado a los combustibles fósiles de propiciar un “apocalipsis climático”. Ha logrado privar a los sectores del petróleo, carbón y gas de las inversiones necesarias para su desarrollo y logrado que billones (españoles) de fondos públicos (es decir, de tu dinero, lector, cuando hablamos de España o la UE) hayan sido destinados a subsidiar los sectores eólico, solar y del vehículo eléctrico, sí, pero al final, es el carbón quien cubre las necesidades del 75% de la población del planeta.

[23] Y no se equivoca: como vamos a ver, el carbón ha vuelto, también a Europa.

[24] Desmontan ocho molinos en Alemania para ampliar una mina de carbón – Libre Mercado

[25] Germany dismantles wind farm to expand coal mine – Climate Depot

[26] La quema de lignito es la acción más sucia medioambientalmente hablando de cuantas se pueden llevar a cabo con carbón alguno. El aire que se respiraba en la RDA apestaba a humo del lignito que se quemaba, aunque no sólo. Quien lo haya vivido no podrá olvidarlo. Pues a eso nos llevan los progresistas y socialistas de Occidente.

[27] The Iron Law Of Electricity Strikes Again: Germany Re-Opens Five Lignite-Fired Power Plants (forbes.com)

[28] Despite climate commitments, the EU is going back to coal (lemonde.fr)

[29] Vean este ejemplo: World’s Dumbest Energy Policy – WSJ

[30] Mittel-kaput? German industry stares into the abyss – POLITICO

[31] Dicen que metalúrgico.

[32] Emergency coal power plants used for first time as UK sees cold snap – BBC News

[33] Todos sabemos que las energías solar y eólica necesitan energías de respaldo, sea hidroeléctrica, sea nuclear, sea de ciclo combinado (es decir, gas natural). Todas ellas son inherentemente superiores a las llamadas renovables, que además pierden rendimiento sin cesar. Lean a Shellenberger si les parece We Shouldn’t Be Surprised Renewables Make Energy Expensive Since That’s Always Been The Greens’ Goal (forbes.com)

[34] Cuando alguien puede imponer su lenguaje, por estúpido que sea, ya tiene mucho ganado.

[35] Pueden ver el relato completo aquí

[36] Repsol, Iberdrola y Endesa cargan contra la burocracia, los impuestos y los excesos de la agenda climática – Libre Mercado

[37] Descarbonizar es una insensatez.

[38] Me permito recomendarles la lectura de este libro, https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/, concretamente de su capítulo 20, donde explico las razones que sustentan esta afirmación.

Autor del artículo

<a href="https://joseramonferrandis.es" target="_blank">José-Ramón Ferrandis</a>

José-Ramón Ferrandis

Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.