Con ese nombre tan impreciso se conoce el período en el que la tendencia de la atmósfera de la Tierra a calentarse no ha experimentado variación alguna. Dícese pausa porque el imaginario colectivo diseñado y alimentado por el IPCC[1] augura un incesante calentamiento como incesante es el incremento de CO2 en la atmósfera. Pero no es así, porque mientras el CO2 aumenta, la temperatura no lo hace.
La teoría del calentamiento antropogénico[2] establece una correlación entre calentamiento y emisiones de CO2 a la atmósfera. Como toda teoría, debe someterse al escrutinio de la realidad, y ésta no lo ha superado, porque la tasa de incremento del CO2[3] está creciendo[4] mientras la tasa de calentamiento está descendiendo. Eso no debería ser posible. Pero lo es, luego la teoría es falsa. O incompleta, a lo sumo, sin que por el momento nadie la haya podido completar.
Pero ¿cómo? ¿Que la tasa de calentamiento está descendiendo? ¿Qué ha pasado?
Vayamos un poco al Siglo XX. Durante esos cien años, la temperatura de la Tierra se elevó entre 0,5 y 0,6 grados centígrados. Esa elevación no fue uniforme. Hubo un fuerte calentamiento entre 1914 y 1944, un enfriamiento moderado entre 1944 y 1978 y de nuevo un calentamiento de 1978 a 1998. Curiosamente, el CO2 aumentó a un ritmo prácticamente estable, lo que, en principio, debería haber desactivado la jaculatoria dominante de que ambos fenómenos están estrechamente correlacionados. Pero el relato es ese y el que no lo crea está fresco, así que se mantiene entre los creyentes, por la cuenta que les trae.
De manera nada sorprendente para quienes no comparten la teoría del calentamiento antropogénico, se ha constatado que, entre 1998 y 2016, la tendencia al alza de la temperatura de la atmósfera terrestre se detuvo. Nadie fue capaz de explicar ese fenómeno de manera incontrovertida, por lo que se convirtió en un arcano. Un hecho inexplicado, pero un hecho que desbarata la teoría dominante. Lo llamaron La Pausa.
Los partidarios de la teoría del calentamiento global[5] decidieron que, aunque no podían explicarlo, el fenómeno no se iba a repetir. Mira por dónde, en diciembre de 2022 llevamos exactamente 100 meses seguidos sin calentamiento. Otra vez La Pausa. En puridad, puesto que son dos, Las Pausas. 100 meses son 8 años y 4 meses, un largo período sin elevación de la temperatura[6]. Vean el gráfico.
https://wattsupwiththat.com/2023/01/04/the-new-pause-lengthens-100-months-with-no-warming-at-all/
El gráfico muestra la tendencia de regresión lineal de mínimos cuadrados de las anomalías mensuales medias globales de la baja troposfera. Este es un método razonable de exponer tendencias para datos de temperaturas estocásticas.
Para que el lector pueda incardinar este gráfico en el más amplio de que se dispone, aquí viene éste, en dos versiones. Refleja los datos desde diciembre de 1978 hasta diciembre de 2022: eso hace un total de 45 años.
Y si con esto no se pudiera ver suficientemente bien el gráfico en su conjunto, además de las variaciones experimentadas en los últimos años, incorporo otra versión con los mismos datos más un comentario, en el interior del gráfico, sobre lo acontecido desde 2016.
Good News About Climate in 2022 the MSM Didn’t Tell You – ClimateRealism
Si se fijan, en el mismo gráfico se indican, en rojo, las mediciones satelitales; en verde, las que se extienden entre 1979 y 2023 (parece más correcto decir entre 1978 y 2022, pero eso es lo que aparece en el gráfico), con +0.13 °C/década, y en azul las habidas entre 2016 y la actualidad. Como ven, la tendencia entre 1979 y 2023 va al alza, en tanto la registrada entre 2016 y 2023 desciende. Se puede identificar fácilmente La Pausa entre 1998 y 2014.
¿Cuánto durará La Pausa? Vaya usted a saber. Igual llega otro El Niño[7] tan fuerte como el de 2016 y desbarata la nueva Pausa como hizo con la anterior. O no. Pero de momento, ya se ve claro que el mundo no se calienta como el IPCC se empeña en decir[8]. Y además, se comprueba fácilmente que las temperaturas en el período minoico, el romano y durante el Óptimo Climático Medieval fueron muy superiores a las actuales.
¿Por qué los medios[9] no dicen nada sobre esto? Por lo ya sabido: porque la reducción en la tasa de calentamiento está teniendo lugar mientras la tasa de incremento de CO2 atmosférico se está incrementando. Porque ha tenido lugar sin haber hecho nada en realidad para reducir las emisiones globales de CO2, lo que cuestiona frontalmente el plan de empobrecernos a todos[10] por esa vía. Porque nadie ha probado que el calentamiento sea consecuencia de nuestras emisiones de CO2, por más que el IPCC insista[11]. Porque los modelos predicen justo lo contrario de lo que está ocurriendo, lo que demuestra que, a pesar de su enorme coste económico, los modelos son inútiles[12]: sólo evidencian las habilidades de programación de sus autores[13]. Porque la falta absoluta de evidencias contrasta frontalmente con la decisión de suprimir nuestras emisiones hasta net zero, cambiando por completo y sin razón alguna nuestro sistema energético y destrozando nuestras economías y nuestro bienestar.
Los MSM no dirán nada, pero nosotros podemos decir algunas cosas[14]. Por ejemplo, que aunque Occidente alcanzara las emisiones net zero en 2050[15], el mundo sería tan sólo 1/17 parte de 1 grado centígrado más frío de lo que sería si las emisiones de CO2 siguieran como hasta ahora.[16] Vamos, 0,0588°C. Y, por ejemplo, que cada 1.000 millones de $ que se gasten en destruir las economías occidentales, acaso conseguirían evitar algo comprendido entre la cuarta parte de un millón y un treintavo de millón de grado centígrado de futuro calentamiento, si hubiéramos de creer que el CO2 antropogénico tiene algo que ver en esto.
Los MSM no dirán nada, pero los científicos abonados a la hipótesis del calentamiento antropogénico tampoco. Y no lo harán por una aleación irrompible entre enriquecimiento acelerado por defender esos postulados y soberbia insufrible en un científico, o lo que sean. Ni siquiera consideran la posibilidad de estar en un error.
Para que vean el tenor, traigo al cuerpo del texto (y no a un pie de página, lugar que a priori sería el apropiado) la frase de uno de ellos, John Mitchell, del Servicio Nacional de Meteorología del Reino Unido. “People underestimate the power of models. Observational evidence is not very useful. Our approach is not entirely empirical[17].” Con este tipo de sedicentes científicos, todo es posible en ese mundo de fantasía. Y, sin embargo, La Pausa les hace sudar frío, pues no pueden explicarla.
Nunca se dejarán convencer, al menos mientras cobren. No aceptarán su ignorancia. Morirán esperando la gran catástrofe climática, una que no contradiga sus teorías sin contrastación, una que confirme lo que sus inútiles modelos adelantan. La Ciencia y sus requisitos les traen al fresco. Aumentar el conocimiento, que es el objetivo último de la Ciencia, les preocupa menos que la ortodoxia política, tan rentable.
Concluyamos. 2022 ha confirmado la tendencia a reducir el calentamiento a través de muchos de sus indicadores: la temperatura, la extensión del hielo ártico, el nivel del mar (del que hablaremos en breve) y los fenómenos climáticos extremos, que cada vez se dan con menor intensidad. Buenas noticias.
[1] Intergovernmental Panel on Climate Change, un organismo de Naciones Unidas.
[2] Es decir, la que considera que el ser humano, con sus emisiones de CO2, es responsable del calentamiento global.
[3] Cuyo origen es tanto natural como antropogénico.
[4] Ha pasado de crecer 14 partes por millón (ppm) cada década a 23,5 ppm por década.
[5] Como saben, han abandonado el nombre, porque el globo no se calienta. Ahora son partidarios del cambio climático, en un ejercicio de idiocia discursiva; el clima cambia constantemente. Decir que lo hace es una obviedad, pero de alguna manera tendrán que llamar al inexistente fenómeno del calentamiento que ya no se atreven a mencionar en el frontispicio de su Fe.
[6] Medida por los satélites cuyo diseño, construcción y gestión corresponde a la University of Alabama en Huntsville.
[7] Se conoce como El Niño al calentamiento cíclico de la superficie del Océano Pacífico oriental ecuatorial.
[8] Cierto. El calentamiento remite. De los 0,35 °C/década entre mediados de los 80 y el final de los 90, la temperatura ha caído a 1 °C/siglo ahora.
[9] Los que llaman Mainstream Media, MSM.
[10] En Occidente, no lo olviden.
[11] “Humans are the dominant cause of observed global warming over recent decades.” (IPCC AR6, página 515).
[12] El 5º Proyecto de intercomparación de modelos acoplados, o 5th Coupled Model Intercomparison Project (CMIP5), proyectaba un calentamiento para el período 2006-2022 mayor que el que se ha observado. (puede el lector encontrar más información sobre este CMIP 5 y otros muchos detales en el libro “Crimen de Estado” https://www.amazon.es/CRIMEN-ESTADO-Cristianismo-Econom%C3%ADa-Mercado/dp/8472098680
[13] Los modelos y sus predicciones están cambiando constantemente y cuando nuestro conocimiento del clima mejora, tienen que ser rehechos.
[14] Extraídas de este artículo en el blog https://wattsupwiththat.com/2023/01/04/the-new-pause-lengthens-100-months-with-no-warming-at-all/
[15] Lleva muy mal camino. Va a ser que no. Puede usted leer el artículo titulado Carbón: el malo de la película. Segunda parte. en este mismo blog. https://joseramonferrandis.es/carbon-el-malo-de-la-pelicula-segunda-parte/
[16] Y dando por supuesto que el calentamiento obedece al CO2 antropogénico, que ni mucho menos es el caso.
[17] Traducción: “La gente subestima la potencia de los modelos (sobre el clima, N. del A.). La evidencia derivada de las observaciones no es muy útil (sic). Nuestro enfoque no es plenamente empírico”.