4. La demonización del CO2
En este cuarto texto trataremos de mostrar el origen de la demonización del dióxido de carbono, pero no el de origen natural[1], sino el de origen antrópico, es decir, generada por el ser humano[2], aunque se trate de la misma molécula. Todo empezó con un gráfico que apareció en la revista Nature, cuya forma evocaba la de un palo de hockey sobre hielo. Veamos su historia y sus consecuencias.
- Un palo de hockey
En 1998 apareció un artículo en la revista Nature[3]. No fue un artículo más. Estaba destinado a provocar una de las más fuertes tormentas científicas en el ámbito del clima. Tres científicos norteamericanos, Michael E. Mann, Raymond S. Bradley y Malcolm K. Hughes, establecían en él dos cosas: una correlación entre las emisiones de CO2 y una causación de éste sobre aquélla. Con eso explicaban las elevaciones en la temperatura de la atmósfera del hemisferio norte desde el año 1400 hasta finales del Siglo XX.
Para desarrollar esta hipótesis, los autores realizaron una inferencia de las temperaturas previas a las existentes (y medidas) desde finales del Siglo XIX y las conectaron con las temperaturas de la era instrumental, construyendo de esa manera una serie larga. ¿Cómo obtuvieron los datos referidos al período entre el Siglo XV y finales del XIX, ambos inclusive? Pues utilizaron variables indirectas o proxy[4].
Fue Michael Mann quien diseñó ese método concreto de reconstrucción de temperaturas del pasado. Lo hizo básicamente sobre un análisis multivariable. Cuyo elemento fundamental fue el análisis de los anillos de árboles de lentísimo crecimiento que se hallan en una zona concreta de las montañas rocosas, en los EE. UU, además de otros especímenes arbóreos en diversos lugares alejados entre sí. Esa fue la variable proxy fundamental. Los datos que obtuvo fueron tratados estadísticamente y eso le permitió establecer aproximadamente la temperatura que se dio, en el área donde crecían esos árboles, en el período considerado.
La ciencia subyacente a esta aproximación técnica es la dendroclimatología[5], que en sí misma presenta dos grandes ventajas y otros dos inconvenientes.
Las ventajas son que los anillos son siempre anuales, por lo que se datan con facilidad, simplemente contándolos; y que, si la especie arbórea es suficientemente longeva, las series preceden en muchos años (incluso siglos) a los datos instrumentales.
Los inconvenientes del procedimiento utilizado son otros dos: uno, que el crecimiento de los árboles es sólo diurno; otro, que si la ubicación del árbol no es tropical (como es el caso que nos ocupa, pues la especie radica en la zona templada del hemisferio Norte), sólo se desarrolla en primavera y en verano. Eso impide interpretar tanto temperaturas nocturnas como otoñales/ invernales. Y luego intervienen como problemas una buena lista de variables conexas al crecimiento: la posición (orientación) del árbol y su insolación, las variaciones en la fertilidad del suelo, los incendios y el cambio en la concentración del CO2 local por alguna variable exógena. Hay otro problema fundamental, este metodológico, pero muy extendido: que cuando hay mediciones instrumentales disponibles, las series dendroclimatológicas deben pasar a un segundo plano, cosa que no siempre se hace.
Dos de las especies de árboles utilizadas en el análisis son especialmente significativas por su fuerte ponderación en el estudio que efectuaron Mann y sus compañeros. Son el Bristlecone Pine, Pinus Aristata[6] o pino del Colorado y el Limber Pine, Rocky Mountain White Pine o Pinus flexilis. Muchos de los datos utilizados por Mann y su equipo fueron preparados por Keith Briffa[7].
La construcción de Mann y otros aboca a una conclusión sencilla: desde la primera fecha considerada hasta los albores del Siglo XXI, los autores muestran – en un gráfico ampliamente publicitado – que la línea de las temperaturas es prácticamente plana. En el Siglo XX, sin embargo, la línea asciende abruptamente.
¿Cuál es el significado de este cambio de comportamiento, desde su punto de vista? La respuesta es clara: la atmósfera de la Tierra se calienta. Y se interpretó que se calienta porque las emisiones de CO2 del ser humano así obligan. Es el mecanismo conocido como “efecto invernadero”, que básicamente consiste en que la energía solar de onda corta entra en la atmósfera y el rebote de onda larga queda capturado por los gases de efecto invernadero que se encuentran en ella, produciendo el calentamiento la Tierra, como si ésta se hallara dentro de un gigantesco invernadero[8]. De ahí se seguía que el aumento del porcentaje en la atmósfera de dióxido de carbono de origen humano se asociaba causalmente con el aumento de las temperaturas de la atmósfera.
El trabajo fue ilustrado con un gráfico que ha devenido famoso. Recibió el nombre de “Palo de Hockey” [9], por la forma de la línea en que, de acuerdo con los planteamientos de Mann y otros, se habían comportado las temperaturas en los últimos 600[10] años. El “Palo de Hockey” fue utilizado durante la reunión de presentación del Tercer Informe de Evaluación del IPCC[11] (2001) como ejemplo de la opinión dominante entre los climatólogos sobre las razones del incremento de temperaturas a partir de 1950.
Veamos el gráfico, que por lo demás no es el original sino el más divulgado. El trazo en color azul muestra las temperaturas del hemisferio norte a lo largo del tiempo. La franja azul pálido se refiere al rango de incertidumbre. Los puntos verdes presentan una reconstrucción (realizada posteriormente, en 2013) de las temperaturas, efectuada por períodos de 30 años. El trazo rojo muestra las temperaturas globales medias entre 1850 y 2013, origen HADCRUT[12].
https://es.wikipedia.org/wiki/Controversia_del_palo_de_hockey
Después de presentar el texto original (1998), Mann, Bradley y Hughes produjeron otro artículo similar ampliando el plazo analizado, que esta vez abarcaba desde el año 1000 hasta casi el 2000. Esa nueva fecha también aparece en el gráfico reconstruido.
Al objeto de reforzar la comprensión del fenómeno, traigo también a colación otro gráfico, de aspecto más profesional. Corresponde al segundo trabajo de reconstrucción de las temperaturas globales, entre el año 1000 y el 2000 (Mann, Bradley y Hughes, 1999[13]).
https://medium.com/punto-y-coma/papismo-clim%C3%A1tico-i-el-palo-de-hockey-df27cdb474b7
En la imagen se aprecia claramente la razón por la cual el gráfico fue denominado y conocido como “Palo de Hockey”. Quizá les llame la atención la enorme extensión del área amarilla. Representa la varianza de los datos, es decir, la incertidumbre.
A estas alturas ha quedado clara la hipótesis, pero ¿han visto la forma de palo de hockey que reviste la curva? ¿no? Pues ahora seguro que sí la van a ver. Es del propio Michael Mann, como puede verse en el interior de la caja[14].
https://medium.com/punto-y-coma/papismo-clim%C3%A1tico-i-el-palo-de-hockey-df27cdb474b7
Se cuestionó desde el principio que en ninguno de los gráficos divulgados se encontraran reflejados ni el conocido Período Cálido Medieval, también llamado Óptimo Climático Medieval, ni tampoco la idénticamente datada Pequeña Edad de Hielo que la siguió. Ambas habían desaparecido de todos los gráficos.
En la reconstrucción de temperaturas (en rojo) por Mann, ésta se superpone a la concentración de CO2 (en azul)[15]. La gráfica orienta evidentemente hacia una interpretación única: la emisión de gases de efecto invernadero (sobre todo el CO2) procedente de la actividad industrial humana[16] es la única variable que se correlaciona con la temperatura.
https://es.wikipedia.org/wiki/Controversia_del_palo_de_hockey
Al Gore, en su celebérrimo documental Una verdad incómoda, creó un gráfico todavía más espectacular combinando el Palo de Hockey con otros datos para reforzar la hipótesis que quería ilustrar. El documental se divulgó por todo el mundo. Llegó a las escuelas británicas, a las viviendas de los ciudadanos canadienses (regalo del gobierno de ese país), a los medios de comunicación de masas de todos los países del mundo … . El impacto fue de orden global. Como se pretendía.
La tesis subyacente quedaba clara: las emisiones de CO2 procedentes de la actividad industrial y agraria de los seres humanos en el proceso de desarrollo de sus sociedades, sobre todo en los últimos años, habían elevado la temperatura vertiginosamente.
- El palo de hockey es un constructo falso
El impacto del Palo de Hockey en la comunidad científica fue notable. Mayor aún fue su utilización por quienes necesitaban argumentos contra el desarrollo económico occidental. Pero pronto, como el método científico propugna, se pusieron en cuestión prácticamente todos los elementos que incorporaba el conocido gráfico, lo que convirtió al Palo de Hockey en objeto de gran controversia en publicaciones científicas, audiencias en el Congreso norteamericano y procedimientos legales, incluyendo una demanda judicial referida a la Ley de libertad de Información. De todo ello se derivaron los hechos siguientes[17].
- La coincidencia visual entre la línea roja (datos medidos en superficie) y la azul (referida a variables proxy) es resultado de operaciones estadísticas (manejos estadísticos), no de datos.
- El gráfico enfatiza cualquier conjunto de datos para que revistan forma de palo de hockey. Con ese fin, Mann asignó a los componentes con forma de palo de hockey un peso trescientas veces superior a los otros componentes a la hora de obtener la forma final. Si lo que buscas son palos de hockey, acabas encontrándolos[18]. Si no se aplican estas operaciones estadísticas, el Palo de Hockey no aparece en las mediciones que se ajustan a los datos.
- Como consecuencia del tratamiento matemático de los datos por parte de Mann, cualquier base de datos daría como resultado el mismo tipo de gráfico en forma de “Palo de Hockey”. Si se corrigen estos errores, inmediatamente aparece el Óptimo Climático Medieval, cuya existencia se conoce con certeza.
- El margen de error no se ajusta a la incertidumbre del modelo.
- Los autores del Palo de Hockey han acortado múltiples conjuntos de datos en las variables proxy y los han empalmado con las temperaturas instrumentales terrestres para ocultar el hecho de que los conjuntos de datos cortados mostraban descensos de temperaturas.
- Steve McIntyre y el economista Ross McKitrick analizaron los fundamentos del gráfico y encontraron múltiples errores en el análisis de los anillos del Pinus Aristata: sólo consideraban crecimientos estacionales, sólo valoraban zonas templadas, se limitaban a pequeñas áreas o zonas locales, desconsideraban otras variables (como la humedad, el fuego o la pluviometría), los datos eran demasiado específicos y presentaban problemas de interpretación.
- La base científica de Mann presenta errores de cotejo, realiza truncamientos de series sin justificarlos, efectúa extrapolaciones de datos de origen, utiliza datos obsoletos, adolece de errores de situación geográfica, calcula mal los datos principales, ejecuta erróneamente el control de calidad y falsea datos: en 1940 no asciende, sino que desciende la temperatura, como está datado y probado.
- Von Storch, Zorita, Jones, Dmitriev, González-Rouco y Tett, (Science, 2004), señalaron a las variables proxy como el origen del error. Von Storch aplicó modelos válidos para los últimos 100 años y obtuvo resultados muy distintos para los 900 anteriores.
- McIntyre solicitó los datos estadísticos básicos al autor del palo de hockey, quien se los proporcionó tras semanas de retraso y ciertas reticencias. El canadiense detectó varios errores estadísticos en el trabajo original de 1998, que expuso en un artículo de 2003. Efectivamente, Mann había usado datos incorrectos. En 2004 Mann publicó una corrección de su artículo teniendo en cuenta los errores estadísticos detectados por McIntyre, precisando que “ninguno de estos errores altera significativamente el resultado”.
- En 2005 McIntyre encontró nuevos errores metodológicos. También fueron aceptados por Mann, quien repitió que “no afectaban significativamente a los resultados”.
- Mcintyre denunció el uso predominante de cierta variedad de pino en la zona de Sheep Mountain de Estados Unidos que había hecho Mann. Dichos pinos habían sido descartados como indicadores climáticos desde antes de 1998 por haber recibido fertilización específica con CO2. Mann aseguró que eliminar dichos datos “apenas alteraba los resultados”. ¿Cuántas veces es posible “alterar apenas los resultados” sin alterar significativamente los resultados?
- En 2006, las observaciones de McIntyre fueron corroboradas por el informe Wegman, elaborado para el Comité de Energía y Comercio de Estados Unidos. Ese mismo año, Linah Ababneh, — colaborador en el texto inicial del Palo de Hockey — volvió a utilizar los datos en los que supuestamente se basaba el artículo de 1998 sin obtener la forma que obtuvo Mann.
- David Deming, (University of Oklahoma), depuso ante el US Senate Committee on Environment: “El palo de hockey es erróneo”.
- La lista de desmentidos del “Palo de Hockey” es interminable.
- El CO2 como contaminante
El dióxido de carbono (CO2) es un compuesto de carbono y oxígeno que se presenta como gas incoloro e inodoro a temperatura y presión estándar. Es soluble en agua. El CO2 atmosférico es la principal fuente para la vida en la Tierra. Plantas, algas y algunas bacterias utilizan la energía solar para efectuar la fotosíntesis a partir de CO2 y agua, liberando oxígeno (que respiramos).
El CO2 (que espiramos) no es un contaminante. No es un gas tóxico ni venenoso. https://joseramonferrandis.es/el-co2-es-un-gas-prodigioso-y-iv/ Para que algunas personas sientan un ligero dolor de cabeza, su concentración debe estar en 5.000 partes por millón. Y en nuestros pulmones, su concentración suele alcanzar las 40.000 partes por millón. Vean en el siguiente cuadro cómo se puede entender el alcance de la concentración de CO2[19] tal y como aparece en el entorno y lo que ella supone para la salud del ser humano. Está en inglés, pero se entiende bien[20].
Este cuadro que acaban de leer es claro[21]. Podemos acceder a este otro, que indica los efectos directos del CO2 sobre el ser humano en términos teóricos.
Efectos sobre el ser humano de los distintos niveles de CO2 en el aire
CONCENTRACIÓN EFECTO
350 – 450 ppm Concentración atmosférica típica
600 – 800 ppm Calidad del aire interno aceptable
1.000 ppm Calidad del aire interno tolerable
5.000 ppm Límite promedio de exposición en un período de ocho horas
6.000 – 30.000 ppm Preocupación, solo exposición breve
30.000 – 80.000 ppm Incremento de la frecuencia respiratoria, dolor de cabeza
> 100.000 ppm Náuseas, vómitos, pérdida de conocimiento
> 200.000 ppm Pérdida de conocimiento repentina, muerte
El Dr. Idso[22] afirma que “las superficies de la Tierra fueron una fuente neta de emisión de CO2 a la atmósfera hasta aproximadamente 1940. Desde entonces, la biosfera ha devenido, como media, un sumidero cada vez mayor para el CO2”.
Freeman Dyson[23], físico teórico de renombre mundial, ha afirmado que “los posibles efectos dañinos del CO2 ha sido groseramente exagerados. Claramente, los beneficios superan a los eventuales daños”.
El Dr. William Happer[24] ha afirmado que “ningún componente de la atmósfera tiene peor reputación que el dióxido de carbono, gracias a la demonización monomaníaca de este gas natural y esencial”. La increíble lista de supuestos horrores que el incremento de CO2 traerá al mundo es pura creencia disfrazada de ciencia. En realidad, estamos ayunos de CO2. Su aumento será bueno para la Humanidad”.
No sabemos cuánto más se calentará la atmósfera terrestre. Nadie lo sabe. Uno puede construir modelos que expresen lo que uno quiere que digan, pero eso es todo.
La propaganda del Calentamiento Global Catastrófico ha combinado el CO2, una traza de gas que sustenta la vida en la Tierra, con verdaderos contaminantes para crear la Alarma del Calentamiento Global, la Emergencia Climática y otras figuras retóricas similares.
La demonización del CO2 es un error impropio de gestores de las economías nacionales y una estrategia dañina por sus costes específicos. Las alternativas de generación planteadas, llamadas renovables, son menos eficientes, más costosas, más destructivas del medio ambiente y están produciendo una gigantesca disrupción socioeconómica, con enormes implicaciones internacionales en contra de los países cuyas irresponsables autoridades las están instrumentando coercitivamente.
Como indicó claramente el porfesor David Mackay[25], las energías renovables dependientes del tiempo atmosférico eran “un engaño espantoso”.
- El CO2 es el fundamento de la vida
Hemos visto anteriormente los efectos positivos del CO2 y de todos los GEI en el calentamiento de la atmósfera. Sabemos que sin un cierto nivel de CO2 en la atmósfera, la vida es imposible, pues las plantas mueren. Pero el CO2 tiene una serie adicional de ventajas y virtudes, algunas de las cuales esbozo aquí:
- Mayores concentraciones de CO2 atmosférico refuerzan las bacterias beneficiosas del suelo y de los entornos líquidos anaeróbicos en su secuestro de carbono y nitrógeno, lo que estimula los ecosistemas.
- La biodiversidad aumenta y se consolida con mayores concentraciones de CO2 atmosférico y se reduce con menores concentraciones de ese gas.
- Por debajo de una concentración de CO2 de 180 ppm, las plantas luchan por sobrevivir. El fundador de Greenpeace, Patrick Moore, trata el tema[26].
- Diversos estudios han demostrado que los incrementos en la concentración de dióxido de carbono aumentan la fotosíntesis, alentando así el crecimiento de las plantas.
- Mayores concentraciones de CO2 en la atmósfera elevan la resistencia de las plantas a las enfermedades a través de cambios en su anatomía, su morfología y su fisiología.
- Una mayor concentración de CO2 aumenta la producción de glomalina[27], una proteína que aumenta la estabilidad de los agregados del suelo, lo que mejora la capacidad de éste para almacenar más carbono y conservarlo, así como reduce la presencia de elementos potencialmente tóxicos para los microorganismos del suelo y de las plantas.
- El aumento en la concentración del CO2 en la atmósfera estimula la fijación del nitrógeno en la mayoría de las leguminosas[28].Eso conduce a una mayor disponibilidad de nitrógeno en el suelo, cosa que lleva a mayores cosechas y a una creciente productividad natural de los ecosistemas.
- Los suelos bajos en nitrógeno, enriquecidos por CO2 adicional suministrado a las plantas que crecen en ellos, continúan proporcionando a lo largo del tiempo suficiente nitrógeno para mantener el crecimiento de las plantas que se registró originalmente.
- El enriquecimiento de CO2 atmosférico estimula el crecimiento de cosechas, plantas leñosas y especies halófitas[29] que se desarrollan en condiciones de alta salinidad.
- En horticultura, el crecimiento de las plantas es estimulado sistemáticamente incrementando el nivel de CO2 en los invernaderos industriales hasta tres veces el nivel medio de la atmósfera (hasta ~1.500’s ppm).
- Más CO2 en la atmósfera incrementa a menudo la densidad de la madera en los árboles, mejorando las propiedades de ésta.
Por simplificar lo dicho, resumiendo en una frase sencilla, el CO2 es bueno. El aumento del CO2 refuerza la función clorofílica y, por lo tanto, potencia el crecimiento y la producción neta de biomasa. El CO2 es un nutriente esencial de las plantas, el combustible de la fotosíntesis y de la subsiguiente creación de oxígeno. Por lo tanto, es absolutamente fundamental para la existencia de vida en la Tierra. Es tan esencial para la flora como el O2 para la fauna. Un mayor porcentaje de CO2 estimula el crecimiento de las plantas y reduce su necesidad de agua[30].
El 90% de las especies de seres vivos prospera en los trópicos y menos del 1% sobrevive en los polos. Esto ocurre porque las especies encuentran menores problemas y mayores facilidades para desarrollarse donde hay más calor ambiental.
Sabemos que el mundo es más verde; según la NASA[31], aproximadamente el 15% de este reverdecimiento se atribuye al incremento de la concentración de CO2. Los bosques se han expandido en todo el mundo[32] debido, en parte, al aumento del CO2, y ello a pesar de la brutal deforestación materializada en enormes áreas amazónicas, indonesias o africanas.
En cuanto al Sahel, se ha producido un claro reverdecimiento entre 1982 y 2003. Herrmann y otros (2005) concluyeron que “… las precipitaciones son el factor causal dominante en el reverdecimiento del Sahel … (pero) el reverdecimiento fue más allá de lo que puede ser explicado sólo por la lluvia.”
El calentamiento detectado ha permitido a las plantas colonizar espacios más al norte y más al sur (en función del hemisferio considerado), expandiendo las áreas con vegetación, tendiendo a vencer a los desiertos. Las plantas son ahora más eficientes, más resistentes a temperaturas extremas y con menos agua. Eso les permite medrar en áreas que antes eran desiertos improductivos. Desierto Peruano CONMOCIONA a científicos del Mundo ¡Se está volviendo Verde! y esta es la razón… – YouTube
Concluyamos.
Los partidarios de la AGW mantienen que las emisiones de CO2 por la acción del ser humano son las responsables del calentamiento global experimentado en el último siglo y medio. Llaman a ese fenómeno “cambio climático”. Afirman que el calentamiento crece vertiginosamente y sus consecuencias serán fatales. Presentan como base irrefutable de sus hipótesis el llamado “Palo de Hockey”.
No parece ser así. Se ha demostrado fehaciente y reiteradamente que el “Palo de Hockey” es falso. La hipótesis que sustentaría no se sostiene. Ni se sostiene la afirmación de que el CO2 sea un contaminante o resulte dañino. Al contrario, es un gas magnífico, que hace posible la vida.
[1] Entre las fuentes naturales se hallan volcanes, termas, géiseres, rocas carbonatadas al diluirse en agua, aguas subterráneas, ríos, lagos, campos de hielo, glaciares y mares. Está presente en yacimientos de petróleo y de gas natural. Es un producto de la respiración de los organismos aerobios. Retorna al agua por las branquias de los peces y al aire por los pulmones de los animales terrestres, incluido el ser humano. Se produce CO2 durante la descomposición de materiales orgánicos.
[2] Lo produce por la combustión de madera (leña), hidratos de carbono y combustibles fósiles como carbón, turba, petróleo y gas natural. También se produce en la fermentación de azúcares en la fabricación de pan, vino y cerveza.
[3] Mann, Michael E.; Bradley, Raymond S.; Hughes, Malcolm K. (23 April 1998), «Global-scale temperature patterns and climate forcing over the past six centuries» (PDF), Nature, 392 (6678): 779–787, Bibcode:1998 Nature.392.779M, doi:10.1038/33859. Corrigendum: Mann, Bradley & Hughes 2004. En 1999 apareció otro artículo en Geophysical Research Letters.
[4] Proxy se utiliza en su sentido de indicador indirecto del cual se puede inferir el comportamiento de otra variable. En paleoclimatología, un proxy climático es un registro natural que conserva características físicas del pasado, las cuales permiten medir condiciones meteorológicas y climáticas de otros momentos de la historia de la Tierra. Así, la anchura de los anillos de árboles se usa en climatología para inferir cambios en precipitaciones y temperaturas del pasado. Una variable proxy es, por tanto, una variable indirecta, que permite aventurar con alguna precisión la evolución de determinados componentes cuyo comportamiento no es posible medir directamente.
[5] Dendroclimatología es el análisis del clima a través del estudio del grosor de los anillos de crecimiento de los árboles. La definición de Fritts (1976) es ésta: “la dendroclimatología es la disciplina que trata de obtener información climática a partir del estudio de los anillos de crecimiento anual de los árboles”.
[6] El Pinus Aristata o pino de Colorado es la segunda de más lento crecimiento de todas las coníferas. Es nativo de los Estados Unidos, donde se encuentra en las Montañas Rocosas (en Colorado) y en la parte norte de Nuevo México, con una población aislada en los San Francisco Peaks de Arizona. Se encuentra a unas altitudes muy elevadas, de 2.500 a 3.700 m., en condiciones de clima subalpino frío y seco, a menudo en el límite del arbolado, aunque también forma agrupaciones a alturas menores. El Pinus aristata es un árbol longevo, aunque no llega a la longevidad del Great Basin Bristlecone Pine (Pinus longaeva) la especie más duradera de la que se tiene noticia, que crece en el Mount Evans de Colorado. Se halló un ejemplar cuyos anillos indicaban una edad de 2.435 años.
[7] Keith R. Briffa (1952/2017) fue un climatólogo británico, subdirector de la Climatic Research Unit, East Anglia Univesity. Se especializó en dendroclimatología. Briffa lideró la elaboración del Capítulo 6 (Paleoclimatología) del Grupo de Trabajo I del Fourth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change del IPCC correspondiente a 2007.
[8] Es bien conocido que es el efecto invernadero quien posibilita la vida en la Tierra; de no haber atmósfera y, por tanto, de no existir ese efecto invernadero, el planeta sería muy frío e inhabitable.
[9] El término palo de hockey es original del climatólogo Jerry Mahlman, director del Laboratorio Geofísico de Dinámica de Fluidos de la NOAA, National Oceanic and Atmospheric Administration, en Princeton (EE. UU.). Con esa imagen describió el patrón de las temperaturas aparente en el gráfico.
[10] A este artículo inicial de 1998 le siguió otro inmediato posterior que se remontaba hasta el año 1000 después de Cristo.
[11] El IPCC es el Intergovernmental Panel on Climate Change, organismo de la ONU del que ya hemos hablado.
[12] HADCRUT es el acrónimo de Hadley Centre/Climatic Research Unit Temperature. Se refiere al conjunto de datos de mediciones mensuales de temperatura obtenido por combinación de dos tipos de fuentes: las de temperatura de la superficie del mar, compiladas por el Hadley Centre de la Meteorological Office del Reino Unido y las de temperatura del aire de la superficie de las áreas emergidas, compiladas por la Climatic Research Unit (CRU) de la University of East Anglia. Los datos terrestres son proporcionados por una red de estaciones con grandes problemas de homogeneidad y de transformación del entorno a lo largo del tiempo, lo que ha provocado que se hayan elaborado sucesivas versiones: HADCRUT1, HADCRUT2, HADCRUT3 y HADCRUT4. HadCRUT4 es de 2012. Sus modificaciones (referidas a retoques en los sesgos en los ajustes de las temperaturas y a la ampliación de los modelos que describen las incertidumbres en las mediciones) han producido un incremento en las temperaturas medias estimadas para el período 1850/1955, haciendo descender las que se encuentran entre 1955 y 2005.
HADCRUT es la medición de referencia para la doctrina AGW. También se utilizan los Centros Nacionales para la Información Ambiental (NCEI) de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de los EE. UU. También se hace uso de las cifras del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales (GISS), cuyo funcionamiento está a cargo de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).
[13] Northern Hemisphere Temperatures During the Past Millennium: Inferences, Uncertainties, and Limitations. Michael E. Mann and Raymond S. Bradley. Copyright 1999 by the American Geophysical Union.
[14] http://climatereview.net/ChewTheFat/wp-content/uploads/2012/01/2000-Years-of-Temperature-The-Hockey-Stick.jpg
[15] https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/90/CO2-Temp.png/800px-CO2-Temp.png
[16] Decir humana, de origen humano o antropogénica es fundamental para todo lo que ha venido después.
[17] Recurro de nuevo a Crimen de Estado https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ , donde se halla esta información de manera más detallada y precisa.
[18] El científico Steve McIntyre hizo ver que el método estadístico de Mann convertía en palos de hockey series aleatorias de datos.
[19] Les recuerdo el significado del acrónimo OSHA: Occupational Safety and Health Administration. Fue creada por en 1970 para asegurar condiciones de trabajo seguras y sanas estableciendo y aplicando estándares y proporcionando formación y asistencia.
[20] Es de hace algunos años, porque indica que el nivel de CO2 en la atmósfera es de 404 ppm.
[21] https://budbromley.blog/2019/01/15/co2-is-not-causing-global-warming/
[22] Craig D. Idso, climatólogo, investigador de facultad, Oficina de Climatología (Arizona State University), fundador del Center for the Study of Carbon Dioxide and Global Change: «El aumento del contenido de CO2 en el aire debería incrementar drásticamente la productividad global de las plantas, permitiendo que la humanidad aumente la producción de alimentos, fibra y madera y por lo tanto siga nutriendo, vistiendo y proporcionando cobijo a una población cada vez mayor. Esta atmósfera más rica en CO2 será una bendición».
[23] Freeman Dyson, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Institute for Advanced Study; miembro de la Royal Society: “El dióxido de carbono en la atmósfera está fuertemente unido a otros reservorios de carbono en la biosfera, la vegetación y la parte superior del suelo, que son tanto o más grandes. Es un error considerar sólo la atmósfera y el océano, como hacen los modelos climáticos, y pasar por alto los otros depósitos. […] El clima de la Tierra es un sistema sumamente complicado y nadie se acerca a su comprensión”.
[24] William Happer, profesor de Física en Princeton University, fue director del Department of Energy’s Office of Science en la administración de George H.W. Bush.
[25] Gran seguidor de los postulados verdes, pero más partidario aún de los cálculos matemáticos. Fue asesor científico en jefe de Departamento de Energía y Cambio Climático del Reino Unido (2009/2014). Falleció en 2016. https://www.theguardian.com/environment/2016/may/03/idea-of-renewables-powering-uk-is-an-appalling-delusion-david-mackay
[26] Greenpeace co-founder pens treatise on the positive effects of CO2 – says there is no crisis
[27] La glomalina es una glucoproteína producida en abundancia en hifas y esporas de hongos micorrícicos arbusculares en el suelo y en las raíces. Fue descubierta en 1996 por Sara F. Wright, científica del Servicio de Investigación Agrícola del USDA (US Department of Agriculture).
[28] Las leguminosas crean relaciones simbióticas con bacterias que fijan el nitrógeno en el suelo.
[29] Las plantas halófitas son poco conocidas. Su nombre significa aproximadamente “plantas de sal”, debido a que viven en contacto con el agua salada a través de sus raíces. Las halófitas crecen de manera natural en marismas, playas y manglares. Prefieren los terrenos salinos, costeros o litorales.
[30] Mayores concentraciones de CO2 reducen el número de estomas de las plantas por unidad de superficie en las hojas. A través de los estomas, las plantas ingieren CO2 y ceden agua y oxígeno al aire. Tener menos estomas implica menor pérdida de agua por evaporación, menor sensibilidad a la contaminación y mayor resistencia al frío y al calor. Ese es un efecto positivo más, sin ambages.
[31] https://www.nasa.gov/feature/goddard/2016/carbon-dioxide-fertilization-greening-earth