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Rusia. La ONU. Una institución obsoleta (II)

por | 22 Oct 2022 | Globalización

El pasado 17 de octubre explicamos cómo Rusia había experimentado un septiembre negro en el conglomerado de Naciones Unidas. Sus planteamientos recibieron completas derrotas tanto en la ICAO como en la IAEA como en la ITU. El colofón fue el masivo rechazo, en la Asamblea General de octubre, de su propuesta de voto secreto sobre la anexión ilegal por parte de Rusia de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporizhzhia.

Con todo y resultar satisfactorio desde la perspectiva del buen orden internacional el revolcón diplomático multilateral experimentado por la diplomacia rusa como vehículo de los intereses de su país, todo queda en un mero arrinconamiento de este Estado agresor. El hecho de que Rusia sea miembro permanente (con derecho de veto) del Consejo de Seguridad[1] confiere a Rusia patente de corso: ninguna decisión tendrá fuerza de obligar mientras la situación institucional no se modifique.

Así las cosas, para que la ONU pueda ejecutar propiamente las decisiones del Consejo, el derecho de veto debe ser modificado, el organismo como un todo debe cambiar … o desaparecer. No sería la primera vez que algo así acontece. Recuérdese el caso de la Sociedad de Naciones, organismo en gran medida predecesor de la ONU, creado en 1919 y fulminado, tras resultar por completo inoperante, en 1946.

Como consecuencia de la invasión de Ucraina, Rusia podría ver suspendidos los derechos y privilegios que le confiere su pertenencia a la ONU o incluso ser expulsada de la organización si así lo decidiera la Asamblea General … si no fuera porque Rusia tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad. En otras palabras, no todos los Estados son iguales en el concierto de las Naciones. Y no lo son como consecuencia del estado de cosas tras la Segunda Guerra Mundial, hace ya 77 años. El mundo es muy otro hoy en día, pero la ONU permanece esencialmente igual. El desajuste lo pagan el orden internacional y los países que se ven agredidos por Rusia.

Rusia ha violado una gran cantidad de principios y normas del derecho internacional, pero le tiene sin cuidado, porque su acceso al derecho de veto la protege. Lo mismo pasa con la RP China, quien afila los cuchillos a la vista de la impunidad rusa. ¿Hay forma de contratacar? Dmytro Dovgopoly[2], antiguo miembro de la ONU, a la que perteneció durante 32 años, sugiere al menos una[3]. Bueno, dos[4], pero solo mencionaremos una de ellas, que tiene alguna posibilidad de salir adelante. Voy a calcar su argumentación.

El argumento estriba en que la personalidad legal de Rusia ha cambiado el 5 de octubre de 2022, día en que el presidente ruso, Vladimir Vladimirovich Putin, firmó cuatro leyes federales sobre la entrada en Rusia de las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como de las regiones de Zaporizhzhia y Jerson.

El derecho internacional estipula que un Estado, como sujeto de ese derecho, debe presentar las siguientes cuatro características:

  1. Una población permanente
  2. Unas fronteras definidas
  3. Un gobierno
  4. La capacidad de relacionarse con otros Estados

La anexión del 18% del territorio ucraino ha cambiado la personalidad del Estado ruso, pues tres de las cuatro calificaciones han cambiado. Rusia ya no tiene una población permanente, pues la deportación de personas en los territorios anexionados y la emisión de millones de pasaportes rusos no convierte a los naturales de esos territorios en ciudadanos rusos. Rusia ya no tiene fronteras definidas, pues todavía no las ha determinado, según reconocimiento de parte[5]. Y por último, la capacidad del gobierno ruso para controlar los territorios anexionados está siendo puesta en duda a diario por el ejército ucraino, quien de hecho ha recuperado un 3% de su territorio, invadido anteriormente por Rusia.

Así, tres de las cuatro características o requisitos de un Estado como sujeto en derecho internacional no se dan.Ello implica que Rusia, desde octubre de 2022, ha experimentado un cambio en su personalidad legal, que queda cuestionada. Esa situación permitiría reexaminar[6] las credenciales de la delegación rusa. Se abre una ventana de oportunidad para Ucraina.

Veremos. Entretanto, las palabras[7] de Serguéi Narishkin[8], cuya fiabilidad es cero, se las llevará el viento. Rusia ha caído en el descrédito más absoluto. Está en un pozo de credibilidad del que difícilmente saldrá a corto y medio plazo.

[1] Integrado por 15 países, de los que 14 votaron contra Rusia. Cuatro de los cinco miembros permanentes (China, Francia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América), más los 10 miembros no permanentes: Albania, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Ghana, India, Irlanda, Kenia, México y Noruega.

[2] https://www.kyivpost.com/article/opinion/op-ed/from-isolating-to-outlawing-russia-the-criminal-pariah-state.html

[3] En realidad ofrece alguna más, pero traídas por los pelos. Treinta años después de admitir a Rusia en sustitución de la URSS es tarde para repensar esa decisión.

[4] En diplomacia existe una herramienta que se conoce como “usar la ley como arma de guerra”, que en inglés se escribe “using the law as a weapon of war”. Así se entiende mejor el término “lawfare”, acuñado por el Jurídico militar norteamericano Charles Dunlap hará unos 20 años. Se define como una táctica para infligir daño al enemigo mediante procedimientos legales o cuasi legales, como deslegitimarle, hacerle perder tiempo y recursos o venciendo en la batalla de las relaciones públicas.

[5] El portavoz del presidente Putin, Dimitri Peskov, ha declarado abiertamente que el Kremlin está decidiendo qué áreas de la Ucraina ocupada se ha anexionado de iure. Eso implica que Rusia no conoce sus fronteras internacionales.

[6] Digo reexaminar porque fue las credenciales de la delegación rusa fueron evaluadas en sucesivos Comités de Credenciales en marzo (11ª Sesión de Emergencia) y en septiembre (77ª Asamblea General) de 2022.

[7] “No, claro que no nos esperan cien años de soledad”.

[8] Serguéi Evguénievich Narishkin es un oficial y político ruso, actualmente director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Rusia. Vean el trato que da Putin a sus colaboradores “¡Hable claro!”: la humillación de Putin a su jefe del Servicio de Inteligencia por lo que tenía que decir sobre Ucrania (larazon.es)

Autor del artículo

<a href="https://joseramonferrandis.es" target="_blank">José-Ramón Ferrandis</a>

José-Ramón Ferrandis

Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.