El 30 de agosto de 2022 falleció en Moscú (Rusia) el que fuera secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (1985-1991) y jefe de Estado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Mijail S. Gorbachov. Tenía 91 años.
Ustedes han leído todo tipo de obituarios y probablemente no necesitan otro. Mucho menos, días más tarde del óbito. Y sin embargo, tras haber visto muchos de ellos, creo que puedo aportar algo más. Algo que no he leído en parte alguna.
Tuve la fortuna de estar trabajando en Moscú cuando Gorbachov fue nombrado secretario general del PCUS. Konstantin Ustinovich Chernienko acababa de morir. Había estado menos de un año al frente del Politburó, y durante todo ese período, el enfisema pulmonar lo mantenía al margen de la mayoría de las reuniones[1]. Chernienko había sucedido en el puesto a Yuri Vladimirovich Andrópov[2] quien, tras 15 años al frente de la KGB (Comité de Seguridad del Estado), estuvo apenas 15 meses al frente de la nave soviética, muchos de ellos en la clínica del Kremlin, sometido a diálisis.
La URSS se caía a pedazos, igual que sus máximos dirigentes. Occidente no parecía ser consciente de esta deriva, pero Andrópov sí lo era. Tenía toda la información sobre cómo se hallaba realmente la URSS[3]. Y para sacarla del marasmo, dado que su vida se acababa, eligió a un jovencísimo Gorbachov que hiciera el difícil trabajo de dar un golpe de timón para evitar el hundimiento. No pudo conseguir la aprobación del Politburó para que Gorbachov le sucediera al final de sus días, pero cuando Chernienko murió, las puertas del poder se abrieron para su delfín.
La labor era titánica: se trataba de rejuvenecer a un muerto cuyas constantes vitales eran de gran debilidad y cuyos fundamentos eran simplemente insostenibles. Pero Gorbachov tenía fe.
Sin perder un momento, lanzó primero una política de aceleración (uskarenie) de la producción. Al ver que eso no daba resultados[4], pasó a la fase II: había que rehacer el sistema (perestroika) y abrir sus puertas (glásnost, transparencia). Y a ello se dedicó en el ámbito interior de la URSS, mientras intentaba reconducir costumbres inveteradas de la población[5].
Gorbachov sufrió un permanente boicot por el ala conservadora del PCUS y de la nomenklatura, en tanto el ritmo de las reformas (procesos de privatización, reforzamiento de las cooperativas, libertad a ciertos sectores y empresas para determinar precios) no alzaba el vuelo lo suficiente, decepcionando a los reformistas. Su posición resultante resultó centrista, con los consiguientes problemas de eficiencia. Impertérrito, liberó prisioneros de conciencia[6], rehabilitó a represaliados por Stalin, creó espacios nuevos para la libertad de expresión[7] y realizó importantes cambios en el Ejército[8].
En el ámbito de la política exterior, alcanzó un acuerdo de reducción de armas nucleares con los EE. UU.[9], retiró a la URSS de Afganistán (que había devenido un Vietnam para la URSS), permitió el derribo del Muro de Berlín[10] y visitó en Roma a un Papa (Juan Pablo II) que había sufrido un atentado muñido por la KGB años antes. La distensión fue un hecho. La URSS no podía seguir la carrera de armamentos ni el pulso por la Guerra de las Galaxias[11] que lanzó Ronald Reagan.
Gorbachov sabía y quería, pero no pudo. Claro que seguía siendo comunista, pero dentro de sus convicciones, rechazó la brutalidad, la violencia, la coacción y el crimen que sus antecesores desplegaron permanentemente en el ejercicio del poder. Estoy seguro de que esa fue una enseñanza de Andrópov[12], quien al final de su vida aprendió que todo el mal desplegado por la Unión Soviética allá donde puso la bota, así como el desprecio por sus conciudadanos, era finalmente inútil. Y eso lo aprendió Gorbachov desde el minuto uno.
Madrid, 11.9.2022
[1] Y cuando iba, le era imposible hablar inteligiblemente. Se oía el pitido de sus pulmones al respirar.
[2] Un verdadero halcón desde Hungría (1956) a Checoslovaquia (1968) y Afganistán (1979), hasta el atentado contra San Juan Pablo II (1981) y la intervención en Polonia (1981).
[3] Entre otras cosas porque se encargaba de pergeñar los informes cosméticos que hacían pensar lo contrario.
[4] Recordemos que el modelo soviético de planificación centralizada, determinación administrativa de precios y cantidades y coerción permanente estaba agotado.
[5] Combatió el alcoholismo de la sociedad deteniendo a los individuos que se emborrachaban en lugares públicos y en el trabajo; aumentó los precios del vodka y otras bebidas alcohólicas. No resultó.
[6] El caso de Andrei Sajárov fue el más sonado.
[7] De eso y del conocimiento de los mecanismos de funcionamiento del sistema iba la glásnost.
[8] La llegada de Mathias Rust a la Plaza Roja, volando en una avioneta Cessna 172 desde Finlandia, cubrió de ridículo a los militares, situación que Gorbachov aprovechó para efectuar nuevos nombramientos en la cúpula militar.
[9] Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio. Se firmó en 1987.
[10] Ese fue un acto de justicia natural que provocó la caída del imperio comunista en Europa Oriental, prolegómeno de la implosión de la URSS y antesala de la reunificación de Alemania.
[11] La Iniciativa de Defensa Estratégica o Strategic Defense Initiative, fue un programa militar de los Estados Unidos para construir un sistema defensivo con armas espaciales capaz de prevenir un ataque nuclear con armas nucleares estratégicas.
[12] Posiblemente el más acendrado miserable, junto con Kagánovich, Stalin, Beria y Lenin, que alumbró ese régimen asesino.