JRF

Un blog reaccionario

«Verum, Bonum, Pulchrum»

En 2021 se notificaron en España 90.189+283[1] asesinatos[2]

por | 5 Ene 2023 | Otros artículos

El Ministerio de Sanidad[3] español publicó el martes 27 de diciembre de 2022 las cifras de abortos provocados en España durante 2021. Fueron 90.189, un 2,18% más que el año 2020. De ellos, 1.302 fueron de “turismo abortivo” (es decir, abortos practicados a mujeres no residentes en España). La idea en mente es suprimir el feto con las garantías de la Sanidad española.

Nuestra Constitución prohíbe la pena de muerte para delitos de todo orden. El asesinato estaba prohibido en España desde tiempo inmemorial. La Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, abolió la pena de muerte en tiempo de guerra[4]. Pero abortar es matar a un ser humano en las primeras fases de su desarrollo, un ser humano que existe desde el momento de la concepción[5].

No se persigue a los autores de los crímenes porque éstos son legales. La Ley del Aborto los protege. En realidad, no sólo a ellos. El corpus legal del Estado español salvaguarda cada vez más a los delincuentes, que precisamente por estar cubiertos por la norma, dejan de serlo. El panorama es desolador y en él hozan sus partidarios[6]. Y va a más. Como afirma el reputado analista demográfico Alejandro Macarrón, “En 2021, la tasa de embarazos abortados de las españolas nativas registró su máximo histórico, y los nacimientos, en mínimos de varios siglos. El proceso de autodestrucción de los españoles por falta de bebés (incluidos catalanes, vascos, etc.) prosigue ante la impavidez general”[7].

También va a más la propensión a asesinar[8] por aborto[9] de las mujeres españolas, como se aprecia en el cuadro de más abajo, que refleja el porcentaje de embarazos abortados en España desde 2015, elaborado por Alejandro Macarrón Larumbe.

Imagen

El aborto refuerza las tendencias de deterioro de crecimiento de la población, que se hallan lejos de la tasa de reposición[10]. En España, hoy día, a pesar de la llegada de cohortes de personas procedentes de sociedades con una fertilidad muy alta, basta con una generación para que adopten los patrones prevalecientes en nuestra Patria.

¿Por qué abortan las españolas y otras residentes? Sin atender a las declaraciones de la abortante, que luego veremos, se dice que sobre todo porque en su momento no se utilizó un anticonceptivo. Pero eso es falso, porque más del 85% de los abortos proceden de actos en lo que se ha usado un método anticonceptivo, sin gran éxito, a lo que se ve.

En segundo lugar, se afirma que es por problemas económicos. Se puede dudar firmemente. Casi todos llegamos justos a ingresar lo que gastamos, pero las mujeres muy desahogadas también abortan. Además, nunca ha habido más recursos y facilidades para salir económicamente adelante que en nuestros días, y es en nuestros días cuando más se aborta[11]. Así que tampoco. Y como vemos, las ayudas económicas, escasas y tardías, apenas tienen incidencia; en otros países tampoco han servido para revertir las tendencias.

En tercer lugar, se aventura que se aborta por el abandono del coparticipe en el embarazo. O porque éste obliga a abortar a su pareja. Por supuesto que habrá casos, y no pocos, pero no siempre el padre tiene palo que tocar[12]. O no se entera. O no se opone. O es una decisión compartida. O cede.

 En cuarto lugar encontramos el razonamiento de que se aborta como consecuencia de violaciones[13], de graves malformaciones[14] o de riesgos para la madre[15].

La relación de causas esgrimidas por las abortantes se organiza así. Por petición de la madre: 90,98%. Por grave riesgo para la vida o salud de la embarazada: 5,58%. Por riesgo de graves anomalías en el feto: 3,12%. Por anomalías fetales incompatibles con la vida o por enfermedad grave e incurable: 0,29%. Queda un 0,03% no especificado.

Esto, por lo que a España se refiere. Pero el alto número de abortos no es sólo un problema de España. Es un fenómeno de carácter global. Hay una excepción notable[16], que afecta al islam. No hay una prohibición taxativa del aborto en los países islámicos[17], básese su legislación en la sharía, la ley civil o una combinación de ambas, pero sí hay referencias en el Corán[18]. En todo caso, las distintas escuelas de leyes musulmanas aceptan que el aborto se debe practicar tan sólo si continuar con el embarazo pone en peligro la vida de la madre. El conjunto de ambas líneas hace que el aborto tenga una incidencia mucho menor que en Occidente y el resto de los países del mundo no contemplados en estas categorías.

No es cierto que se aborte o que impere una baja natalidad como consecuencia del capitalismo, como erróneamente aseguraba Chesterton[19]. A ese respecto, podemos aportar datos muy ajenos al capitalismo. Por ejemplo, la Rusia soviética despenalizó el aborto en 1918 (de hecho, todavía no existía la URSS como tal). El resultado fue tan terrible[20] que el propio Stalin, responsable de los millones de muertos del Holodomor, lo prohibió de nuevo en 1936: se quedaba sin base demográfica, entre unas cosas y otras[21].

La Alemania nacional socialista (1933/1945) reconocía el derecho al aborto en las “razas inferiores” (eslavos, gitanos, judíos) que poblaban su Hinterland, pero no se lo reconocía a las mujeres arias[22]. El progreso criminal siempre ha sido socialista, para qué nos vamos a engañar.

En nuestros días, el aborto es un fenómeno generalizado. Las razones son múltiples. Una, el avance económico de las sociedades y su abandono de las costumbres tradicionales derivadas de la sociedad patriarcal, de base agraria. Se rompen los lazos familiares y esto relaja los códigos morales imperantes antaño. Otra, el crecimiento del estado de bienestar[23], que provee a las personas de sostén económico tras su etapa productiva, cosa que antes proporcionaban las familias[24], y evita su desamparo. Otra, el egoísmo de disfrutar del tiempo libre que proporciona la sociedad avanzada en asuntos distintos de la crianza, que ciertamente obliga.

¿Qué subyace a todo esto? Probablemente, y ya volvemos a España y a la Cristiandad, el ocaso de la civilización occidental. Y éste radica a su vez en la pérdida de la Fe[25]. En la primavera de 2005, el cardenal Joseph Ratzinger[26], quien en su libro de pocos meses antes[27] había afirmado que “un mundo sin Dios no tiene futuro”, peregrinó al monasterio de Subiaco, a sesenta kilómetros al este de Roma, para hablar sobre Europa en la crisis de las culturas. Allí acusó a la confiada Europa de apostasía de sí misma, de sus raíces cristianas: “Sin Cristo, Europa[28] corre el riesgo evidente de desaparecer de la Historia”[29]. Así es, en efecto.

¿Cómo invertir esta tendencia suicida? Con una esperanza que dé sentido a nuestra vida, que sólo se puede recuperar alzando la vista al cielo[30]. Como relata espléndidamente Francisco José Contreras[31], “la crisis del cristianismo es una crisis de la (noción de) verdad. El concepto verdad parece hoy casposo y autoritario; los adalides del «pensamiento débil» postmoderno (los Lyotard, Vattimo, etc.) decretaron que la verdad era «un tirano metafísico», y el ciudadano de a pie se apresuró a concluir que «cada uno tiene derecho a su verdad». Y es que la mentira permea indisolublemente el argumentario abortista[32]. En sentido contrario, la defensa de la verdad es capital según la tradición del Cristianismo.

El 2 de abril de 2005 murió Juan Pablo II. En la Misa Pro Eligendo Pontifice del 18 de abril de 2005, el todavía cardenal Ratzinger pronunció una homilía. Atacó la dictadura del relativismo[33] y de la subsiguiente arbitrariedad. Aseguró que la verdad es irrenunciable. “La más alta forma de caridad es decir la verdad”.

La verdad es que matar al feto en el vientre de la madre, además de ser un crimen, contribuye a la desaparición de las sociedades que la practican y legislan favorablemente[34] a su realización y a su impunidad.

La verdad es que preferir el descanso, el consumo, el tiempo libre a la profunda satisfacción de tener y criar hijos es miope y suicida, por mucho que a corto plazo pueda parecer una alternativa cómoda y apetecible. No querer dar la vida a una familia propia[35] contribuye poderosamente a la desaparición de las sociedades cuyos ciudadanos eligen esa opción cortoplacista.

Lo cierto es que “llegará un día en que estas cifras ignominiosas serán arrojadas sobre la memoria de esta generación responsable de la nueva barbarie que irrumpe. Porque es difícil no relacionar, no ver el hilo sangriento que une la monstruosidad del aborto como industria y hasta como derecho, con los otros daños que se provocan con toda conciencia a una sociedad anestesiada e idiotizada. Que podamos aceptar, en un país que se cree avanzado, progresista y civilizado, que más del 21% de sus hijos concebidos sean eliminados y tratados como basura, nos define más allá de todas las buenas palabras y de las declaraciones altisonantes a beneficio de inventario”[36].

[1] Adicionalmente, el INE publicó el lunes 19 de diciembre de 2022 sus estadísticas de defunciones por causa de muerte en 2021. En ellas figuran 283 fallecidos por “agresiones”, que serán homicidio o asesinato en función de las sentencias pertinentes”.

[2] El asesinato es un homicidio específico, consistente en matar a una persona concurriendo cualquiera de estas circunstancias: la alevosía (se realiza a traición o cuando se sabe que la víctima no va a poder defenderse. Son casos de alevosía aquellos en los que se aprovecha la particular situación de desvalimiento e indefensión del agredido, cuando la ejecución es súbita e inesperada, o cuando se hace mediante acechanza, apostamiento, trampa, emboscada o celada), el ensañamiento (aumentando deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima), o el precio (cometiendo el crimen a cambio de una retribución económica o material). En California, el asesinato se define como «el homicidio ilegítimo de un ser humano o un feto con malicia premeditada».

[3] Ministerio de Sanidad – Profesionales – Interrupción voluntaria del embarazo – Datos Estadísticos – Tablas y Figuras

[4] https://www.boe.es/eli/es/lo/1995/11/27/11/dof/spa/pdf

[5] George, Lee y Tollefsen han explicado por qué el cigoto debe ser considerado un ser humano. Posee el genoma característico de la especie, luego es humano. Es un organismo genéticamente distinto al de su padre y su madre, como atestiguan sus 23 pares de cromosomas. Es un individuo singular. Es un organismo completo, aunque inmaduro. En sus genes posee la programación necesaria para desarrollarse hasta el ser humano adulto. Su sexo, color de pelo, ojos y piel y otras características quedan fijados desde la concepción.

[6] En 2021 se practicaron 90.189 abortos en España, 144 de ellos más allá de los seis meses de embarazo – ReL (religionenlibertad.com)

[7] https://twitter.com/ren_demografico/status/1608046460284583937

[8] Genocidio, según la flexible Real Academia de la Lengua, es el “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.

[9] Susan B. Anthony, una feminista de finales del siglo XIX, se refería al aborto como “asesinato de niños”.

[10] La tasa de reposición es la que garantiza la renovación exacta del pool de ciudadanos vivos: 2,1% de incremento anual.

[11]No se aborta por pobreza o por deficiencias de las políticas sociales. En África Negra, la natalidad es la máxima del mundo y la pobreza, también. En los países nórdicos, con alto gasto social y nivel de renta, la tasa de abortos oscila entre 15 y 20 por cada mil mujeres al año. Y siempre es posible entregar en adopción al hijo que no se puede atender.

[12]De hecho y de derecho, el padre es un convidado de piedra legal ante la eventual decisión de que maten a su hijo en gestación, uno más de los despropósitos de las leyes del aborto en España y todo el mundo.

[13] Que constituyen un porcentaje muy muy bajo.

[14] En realidad, la inmensa mayoría son síndromes de Down.

[15] Que son prácticamente inexistentes.

[16] Me refiero al número de abortos, no a la natalidad.

[17] El aborto está absolutamente prohibido en República Dominicana, Malta, Nicaragua, El Salvador y El Vaticano

[18] «No matéis a vuestros hijos por miedo a la pobreza. Somos Nosotros quienes les proveemos, y a vosotros también. Matarles es un gran pecado».

[19] Chesterton creía que el capitalismo era “el más servil y mecánico sistema (sic) que haya sido tolerado por los hombres” que, para prosperar, necesitaba imponer el antinatalismo. Según él, con los recursos económicos así liberados podría consumir sin medida, sin fin. Este es un enorme error de juicio. Ni siquiera Chesterton podía acertar siempre. Elementos extraídos de El ocaso de una civilización – ReL (religionenlibertad.com)

[20] Se calcula que, a mediados de la década de 1920, el 55% de los embarazos concluían en aborto.

[21] A mediados de la década de 1920 se producían en la Rusia soviética 55 abortos por cada 100 nacimientos.

[22] Salvo para los casos de eventuales deficiencias físicas o mentales en el feto. La eugenesia mandaba.

[23] No solamente; el crecimiento vertiginoso de la riqueza que se ha producido en todo el mundo en los últimos 250 años proporciona recursos a las personas y a las familias que los independizan de la función social del Estado.

[24] Si el Estado provee de medios en la vejez, piensan algunos, ¿para qué me voy a molestar en tener hijos que lo hagan?

[25] Agustín de Foxá diagnosticaba: “El hombre se queda aislado y egoísta. Al perder la fe religiosa, se desconecta del innumerable pueblo de sus muertos. Al limitar la natalidad, corta sus lazos con las generaciones futuras, con los ingentes mundos de los “no nacidos”. Solo, fijo en el presente, ya no mira hacia el ayer ni hacia el mañana”. Agustín de Foxá falleció en 1959. Lo veía venir.

[26] Por entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

[27] Presente y futuro de Europa. Sus fundamentos hoy y mañana

[28] Sin ánimo de corregir a un sabio como Ratzinger, se entiende que cuando habla de la vieja Europa engloba asimismo a los países de ella emergidos, con los EE. UU. y Canadá a la cabeza.

[29] Aquella inolvidable primavera de 2005 – ReL (religionenlibertad.com)

[30] «Aparece como elemento distintivo propio de los cristianos el hecho de que ellos tienen un futuro: no es que conozcan los pormenores de lo que les espera, pero saben que su vida, en conjunto, no acaba en el vacío. Sólo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero también el presente. […] La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva» (Spe salvi, Salvados en esperanza, es la segunda encíclica de Benedicto XVI (2007). Está dedicada al tema de la esperanza y se apoya fundamentalmente en la Epístola a los romanos de San Pablo).

[31] https://www.libertaddigital.com/opinion/2022-12-31/francisco-jose-contreras-creer-en-lo-sobrenatural-para-salvar-lo-natural-6972026/ Léanla entera, por favor. Es impagable. Vean si no: “(Occidente) quiere seguir hablando de igualdad, pero excluye de la protección de la ley a los no nacidos (uno de cada cinco embarazos termina en aborto) y establece asimetrías legales según se trate de hombres o mujeres, blancos o negros. (Occidente) quiere seguir hablando del futuro, pero declina tener hijos —las tasas de fecundidad están un 30% o 40% por debajo del índice de reemplazo— condenándose así a la extinción”.

[32] “Por ejemplo, el movimiento abortista norteamericano hablaba en los años 60 de “10.000 muertes anuales” por aborto clandestino. En realidad, las estadísticas sanitarias americanas prueban que el número de muertes anuales por aborto osciló en los años 60 entre 90 y 150 (sobre un número de abortos estimado en 100.000 antes de la sentencia “Roe vs. Wade, n. del a). Cf. Bernard Nathanson, Aborting America: The Case Against Abortion, Doubleday, Nueva York, 1979, p. 193. El doctor Nathanson, abortista arrepentido, reconoce que se mintió descaradamente para arrancar la legalización del aborto: “Confieso que sabía que las cifras eran totalmente falsas, y supongo que los otros lo sabían también. […]. Pero, dada la moralidad de nuestra revolución, eran cifras que resultaban útiles, así que ¿por qué complicarse la vida con estadísticas honradas?” (B. Nathanson, Aborting America, cit., p. 193). Extraído de un texto de Francisco José Contreras.

[33] “Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos».

[34] La ilegalidad del aborto disuade a una gran cantidad de abortadoras potenciales, reflejándose en el número de abortos practicados. Por otro lado, la ley tiene un efecto pedagógico: si el aborto es legal, crece el porcentaje de personas que lo consideran moralmente admisible. Si no lo es, decrece. Las leyes positivas reemplazan mínimamente a la Ley Natural, tan preterida.

[35] Sea biológica o adoptada.

[36] https://www.religionenlibertad.com/opinion/224605060/9189-abortos.html

Autor del artículo

<a href="https://joseramonferrandis.es" target="_blank">José-Ramón Ferrandis</a>

José-Ramón Ferrandis

Nacido en Valencia (España) en 1951. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense. Técnico Comercial y Economista del Estado. Salvo posiciones en Madrid, destinado sucesivamente en Ceuta (España), Moscú (URSS), Washington (EE. UU.), Moscú (Rusia) y Riad (Arabia Saudita). Profesor de Análisis Riesgo País, Análisis de tendencias y Mercados internacionales. Analista. Escritor (Globalización y Generación de Riqueza, África es así, Crimen de Estado). Áreas de especialización referidas a su trayectoria. Con el blog espera poder compartir experiencias y divulgar análisis sobre asuntos de interés general, empezando por el clima y terminando por la Geopolítica; sin dejar de lado la situación de España. Lo completará publicando semanalmente la Carta de los martes, que tiene 4 años de existencia.