El día 15 de noviembre de 2022 hemos conocido unas declaraciones[2] del vicepresidente primero de la Unión Europea, el holandés Frans Timmermans[3], que ascienden un peldaño más en la iniquidad con que las autoridades de la Unión Europea nos obsequian sin cesar.
Las ha pronunciado en la COP 27[4] de Sharm el Sheij (Mar Rojo, Egipto), lugar ad hoc, nuevo hito de la permanente burla multilateral en materia de clima. Con gran desparpajo, Timmermans ha afirmado que (al ritmo que va), “la UE podrá cumplir sus objetivos para 2030 y superarlos”. El actualmente comisario responsable del Pacto Verde se ha descolgado con “Si no reducimos drásticamente nuestras (negrita del autor) emisiones, no hay cantidad de dinero que pueda hacer frente a las catástrofes que ocurrirán”.
Vamos por partes, caballero.
- El CO2 es sólo uno de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) presentes en la atmósfera terrestre. Concretamente, en esa atmósfera absolutamente dominada por nitrógeno[5] y oxígeno[6], el CO2 está presente con 415 partes por millón, es decir, 0,000415. O 0,0415%, como el lector prefiera.
- El CO2 puede ser de origen natural o de origen antropogénico, es decir, originado por el hombre[7]. Si atendemos a los datos publicitados por el mismísimo IPCC[8], el CO2 antropogénico sería solamente el 2,9% del total. ¿Y el 97,1% restante, se preguntarán ustedes? Es de origen natural. Y, ¿actúan igual el natural y el antrópico? Es decir, ¿generan los mismos efectos? Pues sí, tienen el mismo efecto de calentamiento en la atmósfera terrestre.
- Y, ¿es el CO2 el más abundante de los GEI en la atmósfera terrestre? Cualquiera lo diría, ¿verdad? Pues no, no lo es. El vapor de agua ocupa un porcentaje mucho, muchísimo más alto. El 95% del total, para ser exactos. Y además tiene un mayor poder de forzamiento o calentamiento a igualdad de peso.
- Y el vapor de agua es natural en un 99,999%. O sea, bastante natural.
- Hay más GEI, ciertamente: el metano[9], el óxido nitroso[10], los clorofluorocarbonos y otros[11] … pero salvo el metano, que está histerizando cada vez más a determinado tipo de gentes, los dejan al margen. Ni los consideran.
Bueno, pues estos son los datos. A su luz, lo que dice Timmermans es ridículo. El ser humano no emite apenas vapor de agua, que es con mucho el principal GEI. Por esa razón, no es posible poner en la diana al vapor de agua, cuando de lejos es el mayor responsable del escaso calentamiento que tuvo lugar durante el Siglo XX. Aquí se trata de buscar responsables concretos y gravables, culpables … de nada, porque la atmósfera no se ha calentado entre 1998 y 2016 y entre 2018 y 2022[12]. Pero hay que encontrar un culpable.
Y las élites extractivas de Occidente (que lo son de importantes países del mundo, excluidos la RP China, India y Rusia, más algunos otros países muy poblados) han decidido que el responsable del calentamiento del Siglo XX (en torno a 0,6 °C) es ¡el CO2 antropogénico! Que es el 2,9% del total del CO2 y que se comporta igual que el 97,1% que es natural. ¿Y por qué responsabilizar al CO2 antropogénico? Porque al natural no pueden responsabilizarle[13]. Vaya usted a gravar con impuestos a los volcanes, a las plantas, a las algas, a la respiración[14] de los animales. Así que vamos a destrozar las economías occidentales, a sus clases medias y a todos los habitantes … menos a las miserables élites que nos gobiernan. Ellos mismos. Los Timmermans de turno.
Las economías, así como las sociedades, utilizan energía para casi cualquier actividad, habiendo alcanzado gracias a ella niveles de bienestar nunca vistos en la Historia del mundo. Dábamos por sentado que cada vez tendríamos más energía limpia, barata y abundante, proveniente de distintas fuentes. Pero eso no daba margen a intervenir a la manera socialista en sociedades que hasta no hace tanto eran libres. Recordemos que gracias a esa libertad y a su fortaleza, las sociedades libres derrotaron sin armas al segundo[15] más criminal régimen que la Historia dio a luz, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Así que había que inventarse algo. Y ese algo es el calentamiento[16] global antropogénico. En ello están desde hace lustros y bien que lo estamos pagando.
Pero esa medicina es difícil de tragar, pues va a acabar con nosotros, los de a pie. Y cuando se oye a un sujeto enriquecido de apellido Schwab[17] afirmar sin rebozo en la cumbre de Davos que “en 2030[18] no tendréis nada y seréis felices”, empezamos a pensar que la intervención de las élites globalistas está muy avanzada. Así que, para facilitar engullir la amarga medicina, llega el Timmermans y larga eso de que “Si no reducimos drásticamente nuestras emisiones, no hay cantidad de dinero que pueda hacer frente a las catástrofes que ocurrirán”. Huy, qué miedo, oiga. Es el neomalthusianismo, que nunca se ha ido, que tan útil resulta para intentar hacer tragar ruedas de molino.
Lo intentó Thomas Robert Malthus con los alimentos, lo intentaron con el peak oil[19], con los recursos naturales, con la desertificación, con el frío que anunciaba la próxima glaciación, ya en puertas, con la subida catastrófica del nivel del mar, con la desaparición de los osos polares, con las abejas en retirada … lo que sea. Nada. Nunca pasó nada. Engaños, cuando no mentira sobre mentira[20].
Termino. Estas gentes viven muy bien de un cuento que no tiene un pase. Se quieren alzar con el santo y la limosna. Quieren reducir las emisiones de CO2 de Occidente como sea. Por supuesto, ni hablar de las emisiones de CO2 de la de la RP China, de la India, de Rusia, de Indonesia y de otros muchos, cuyo CO2 no presenta problemas al parecer, a pesar de ser los mayores emisores del planeta. Se trata de suprimir el CO2 blanco, occidental y desarrollado. Se trata de acabar con la economía de mercado y con la libertad.
[1] Zarrapastroso DRAE 2. adj. coloq. Dicho de una persona: despreciable. U. t. c. s.
[2] https://www.abc.es/antropia/abci-refuerza-ambicion-climatica-20221115123756_noticia.html
[3] Franciscus Cornelis Gerardus Maria «Frans» Timmermans (Maastricht, 6 de mayo de 1961). Frans Timmermans, por abreviar.
[4] COP por Conference of the Parties, reuniones anuales celebradas habitualmente en resorts de lujo en las que representantes de Estados y organismos de todo tipo celebran sus habituales kermesses para constatar y celebrar que la población sigue tragando con sus barbaridades sin fundamento científico.
[5] 78,084% por volumen.
[6] 20,946% por volumen.
[7] O antropogénico, si lo prefiere el lector.
[8] IPCC por Intergovernmental Panel on Climate Change, organismo de Naciones Unidas cuya función es demostrar que el calentamiento de la atmósfera está provocado por el ser humano.
[9] 0,471% del total.
[10] 0,084% del total.
[11] 0,007% del total.
[12] A esos largos períodos se ha venido en llamar “La Pausa”. Los calentólogos de guardia no hallan explicación.
[13] Y al vapor de agua, para qué le voy a contar.
[14] La de los animales no, pero la de los seres humanos, deles tiempo a estas gentes abyectas y verán.
[15] Por número de asesinados a su cargo. El primero es la República Popular China.
[16] Pero como la atmósfera ya no se calienta, lo han sustituido por eso del “cambio climático”, que es una expresión hueca, pues el clima cambia constantemente, desde siempre.
[17] Se trata de Klaus Martin Schwab (Ravensburg, Alemania, 1938), economista y empresario, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, fundado por él mismo.
[18] Recuerden la Agenda 2030, que todo este Movimiento es uno y lo mismo.
[19] Es algo más complejo, pero significaba que el petróleo se iba a acabar. Memos.
[20] Todo esto en detalle y mucho más puede encontrarlo el lector en el libro de José-Ramón Ferrandis titulado “Crimen de Estado” https://www.unioneditorial.net/libro/crimen-de-estado/ donde explico éstos y otros muchos elementos que desmontan la gravosa y destructiva farsa calentológica.