En España[1] jugamos (no mucho, ciertamente) a hockey sobre patines. Es un deporte de trazas vertiginosas, que enfrenta a cinco jugadores contra otros cinco, Se utilizan patines de ruedas, palos de jockey curvos y una bola de material duro, que se intenta introducir en porterías de pequeñas dimensiones. Todo ello sobre un suelo firme, sintético, de cemento o de madera.
En Norteamérica (básicamente en Canadá y los Estados del norte de los EE. UU., además de en Rusia, los países nórdicos y Chequia, sobre todo), se juega a otro hockey. Cinco contra cinco también, pequeñas porterías igualmente, pero se hace sobre hielo[2] y no se utiliza pelota, sino un puck[3], así como patines para hielo, con una afilada guía. Es un deporte brutal, pues el impacto entre jugadores, que se desplazan a gran velocidad, está permitido. Las peleas son habituales. Parece cosa de bárbaros.
El palo de hockey no es curvo, sino plano, para así poder impulsar el puck con más seguridad. Y ya he llegado a donde quería, ustedes perdonen la larga introducción. En nuestros días, cuando se habla de “palo de hockey”, sólo vagamente se piensa en el deporte que lo utiliza. En el imaginario colectivo, la expresión se refiere a un constructo que tres científicos dedicados a analizar anillos de árboles[4], Michael E. Mann[5], Raymond S. Bradley y Malcolm K. Hughes publicitaron hace años. ¿Y qué dijeron estos tres señores en un artículo publicado en Nature[6] en 1988?
Pues, tras estudiar los anillos de algunos árboles sitos en las Montañas Rocosas de los EE. UU., la tesis fue que el incremento de CO2[7] iba paralelo al crecimiento de las temperaturas en el mundo. No sólo era correlativo, sino que – afirmaron – había una causación entre el CO2 (sus emisiones, para ser exactos) y el alza en la temperatura de la atmósfera del hemisferio norte desde el año 1400 hasta finales del Siglo XX. Seguro que les suena[8].
¿Cómo pudieron llegar a esa conclusión? Por un lado, los autores efectuaron una inferencia o cálculo aproximado de las temperaturas previas a las medidas instrumentalmente a finales del Siglo XIX. Luego las conectaron con las temperaturas medidas científicamente en la era instrumental. Así construyeron una serie larga. Para interpretar las cifras de temperaturas referidas al período entre el Siglo XV y finales del XIX (ambos inclusive), hubieron de utilizar variables indirectas o proxy[9].
Ese método de reconstrucción de temperaturas fue diseñado por Michael Mann. Los datos procedentes del análisis de los anillos de crecimiento de los árboles fueron tratados estadísticamente y eso permitió a los autores establecer aproximadamente la temperatura que se dio, en el área donde crecían esos árboles, en el período considerado.
Dos de las especies de árboles utilizadas en el análisis son significativas por su fuerte ponderación en el estudio que efectuó Mann. Se trata del Bristlecone Pine, Pinus Aristata[10] o pino del Colorado y el Limber Pine, Rocky Mountain White Pine o Pinus flexilis. Muchos de los datos utilizados por Mann y su equipo fueron preparados por Keith Briffa[11].
La construcción de Michael Mann aboca a una conclusión simple: desde la primera fecha considerada hasta los inicios del Siglo XX, los autores muestran – en un gráfico ampliamente publicitado, el famoso “palo de hockey” – que la línea de las temperaturas es prácticamente plana a lo largo del tiempo, hasta que, en el Siglo XX, la línea asciende abruptamente.
¿Cuál es el significado de esta alza en la temperatura, a sus ojos? La respuesta es clara: la Tierra se calienta. Y la interpretación no tardó en llegar, aunque en realidad de eso se trataba: se calienta porque las emisiones de CO2 producidas por el ser humano así lo posibilitan. ¿Y cómo lo consiguen? Pues a través del mecanismo conocido como “efecto invernadero”, que básicamente consiste en que la energía solar de onda corta entra en la atmósfera y, al rebotar, queda capturada por los gases de efecto invernadero[12] (GEI) que se encuentran en ella, produciendo el calentamiento de la atmósfera terrestre, de manera análoga a como si se hallara dentro de un gigantesco invernadero[13]. De ahí se seguía (en la tesis de Mann et al.) que el aumento del porcentaje de dióxido de carbono de origen humano se asociaba causalmente con el aumento de las temperaturas de la atmósfera.
El trabajo fue ilustrado con un gráfico que recibió el nombre de “palo de hockey” [14], por la forma de la línea de las temperaturas en los últimos 600[15] años. El “palo de hockey” fue utilizado durante la reunión de presentación del Tercer Informe de Evaluación del IPCC[16] (2001) como ejemplo de la opinión dominante entre los climatólogos sobre las razones del incremento de temperaturas a partir de 1950. Este que ven al pie es el segundo gráfico, que corresponde al segundo trabajo de reconstrucción de las temperaturas globales, entre el año 1000 y el 2000 (Mann, Bradley y Hughes, 1999[17]). Tiene un aspecto algo más profesional que el primero, así que prefiero utilizar éste.
https://www.google.es/search?q=Northern+Hemisphere+Temperatures+During+the+Past+Millennium%3A+Inferences%2C+Uncertainties&hl=es&tbm=isch&sxsrf=APwXEdcbgBaSPlIEo00c9jY0UTcRrNlkmQ%3A1682950320360&source=hp&biw=1366&bih=649&ei=sMhPZMCHFN3ZkdUPk9KfyAg&iflsig=AOEireoAAAAAZE_WwNIfAB2iKSdiBGnF3Y8Hz2YAU2Z4&ved=0ahUKEwjAn5LAptT-AhXdbKQEHRPpB4kQ4dUDCAc&uact=5&oq=Northern+Hemisphere+Temperatures+During+the+Past+Millennium%3A+Inferences%2C+Uncertainties&gs_lcp=CgNpbWcQAzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJzIHCCMQ6gIQJ1DTDliuLGDhPmgBcAB4AIABAIgBAJIBAJgBAKABAqABAaoBC2d3cy13aXotaW1nsAEK&sclient=img#imgrc=A1gIl-zBS06tQM
El área en color gris representa la varianza de los datos, es decir, la incertidumbre.
El palo de hockey se convirtió en trending topic, como se dice ahora de algo que se repite incesantemente en los medios. Y aparecieron versiones más pintureras y coloristas. Como ésta que ven más abajo, la más divulgada. El trazo en color azul muestra las temperaturas del hemisferio norte. La franja azul pálido refleja el rango de incertidumbre. Los puntos verdes son una reconstrucción (realizada posteriormente, en 2013) de las temperaturas por períodos de 30 años. El trazo rojo muestra las temperaturas globales medias entre 1850 y 2013, origen HADCRUT[18]. Su último tramo es una proyección.
La idea del “palo de hockey” parece estar clara. Si el lector no ha notado la forma de palo de hockey que reviste la curva, vean la figura siguiente, del propio Michael Mann, como puede verse en el interior de la caja. Es necesario subrayar que el gráfico se refiere sólo a los pinos, lo que circunscribe el análisis a una zona concreta del Noroeste de los EE. UU.[19].
Por último, los efectos de esta entrega, en otra reconstrucción de temperaturas efectuada por Michael Mann (en rojo), ésta se superpone a la concentración de CO2 (en azul)[20]. La gráfica orienta evidentemente hacia una interpretación única: la emisión de gases de efecto invernadero (sobre todo el CO2) procedente de la actividad industrial humana[21] es la única variable que se correlaciona con la temperatura. Verde y con asas.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/90/CO2-Temp.png/800px-CO2-Temp.png
Es cierto que desde el principio se criticó que en ninguno de los gráficos divulgados se encontraran reflejados ni el conocido Período Cálido Medieval[22], también llamado Óptimo Climático Medieval, ni tampoco la igualmente datada Pequeña Edad de Hielo[23] que tuvo lugar acto seguido. Ambas habían desaparecido por completo. Pero esto no es sino algo evidente, que no necesita de ulteriores demostraciones. Habrá más.
Esta es, en síntesis, la historia del “palo de hockey”. Creo que con estos gráficos queda suficientemente claro el planteamiento de Michael Mann. En próximas entregas vamos a ver qué hay de cierto en ello.
[1] Así como en Italia, Portugal y Argentina, fundamentalmente.
[2] Son países fríos, y originalmente se jugaba sobre superficies heladas en la naturaleza invernal.
[3] El puck es un disco duro de cierto grosor que alcanza grandes velocidades al ser impulsado sobre el hielo,
[4] Hay una ciencia que recoge ese saber. Se llama dendroclimatología.
[5] Michael Evan Mann (1965) es un climatólogo norteamericano, licenciado en matemáticas aplicadas y física (1989) y licenciado en Física en la Yale University (1991). Es doctor en Geología y Geofísica en la Yale University (1998). Es conocido por su contribución a la interpretación del cambio climático basado en el análisis de variables proxy asociadas a las temperaturas de los últimos 1.000 años. Fue uno de los ocho autores del trabajo «Observed Climate Variability and Change» del Capítulo correspondiente al Third Scientific Assessment Report del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) en 2001. El IPCC afirmó que ese trabajo había contribuido a que el conocido político del partido demócrata, Al Gore obtuviera el Premio Nobel de la Paz de 2007, al alimón con el propio IPCC, “Por sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático provocado por el hombre, y para sentar las bases de las medidas que son necesarias para contrarrestar ese cambio”.
[6] Mann, Michael E.; Bradley, Raymond S.; Hughes, Malcolm K. (23 April 1998), «Global-scale temperature patterns and climate forcing over the past six centuries» (PDF), Nature, 392 (6678): 779–787, Bibcode:1998 Nature.392.779M, doi:10.1038/33859. Corrigendum: Mann, Bradley & Hughes 2004. En 1999 apareció otro artículo, ampliando los plazos considerados, en Geophysical Research Letters.
[7] He dado un salto lógico (como es habitual en esta historia del palo de hockey), pero vuelvo sobre mis pasos. Cuanta más lluvia, concentración de CO2, orientación al sol y frecuencia de insolación recibe un árbol, más crecen sus anillos. Año seco, anillos estrechos. Año cálido, anillos anchos. Más CO2, más anchos son los anillos. Y así.
[8] Esta tesis del palo de hockey ha sido decisiva en el conjunto de hitos calentológicos. Es, probablemente, el referente más importante para toda una generación. Mann ha pasado a la Historia sólo por eso. Aproximadamente como Lysenko pasó en su día al enfrentarse a la Ciencia y generar un desastre productivo en la URSS por mor de las políticas del PCUS,.
[9] Proxy se utiliza en su sentido de indicador indirecto, del cual se puede inferir el comportamiento de otra variable. En paleoclimatología, un proxy climático es un registro natural que conserva características físicas del pasado, las cuales permiten medir por analogía condiciones meteorológicas y climáticas de otros momentos de la historia de la Tierra. En este caso, la anchura de los anillos de ciertos árboles se usa en climatología para inferir cambios en precipitaciones y temperaturas del pasado. Una variable proxy es, pues, una variable indirecta, que permite aventurar con algún grado de precisión la evolución de determinados componentes cuyo comportamiento no es posible medir directamente.
[10] El Pinus Aristata o pino de Colorado es la segunda especie de más lento crecimiento de todas las coníferas. Es nativo de los Estados Unidos, donde se encuentra en las Montañas Rocosas en Colorado y la parte norte de Nuevo México, con una población aislada en los San Francisco Peaks de Arizona. Se encuentra a unas altitudes muy elevadas, entre 2.500 y 3.700 m., en condiciones de clima subalpino frío y seco, a menudo en el límite del arbolado, aunque también forma agrupaciones a alturas menores. El Pinus aristata es un árbol duradero, aunque no llega a la longevidad del Great Basin Bristlecone Pine (Pinus longaeva) la especie más duradera de la que se tiene noticia, que crece en el Mount Evans de Colorado. Se ha confirmado el hallazgo de un ejemplar cuyos anillos indicaban una edad de 2.435 años.
[11] Keith R. Briffa (1952/2017) fue un climatólogo británico, subdirector de la Climatic Research Unit, Universidad de East Anglia. Se especializó en dendroclimatología. Estudió biología en la Universidad de East Anglia. Completó su doctorado en la misma Universidad. Briffa lideró la elaboración del Capítulo 6 (Paleoclimatología) del Grupo de Trabajo I del Fourth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change del IPCC correspondiente a 2007.
[12] Los GEI son varios: el vapor de agua, el CO2 o dióxido de carbono, el CH4 o metano, el N2O u óxido nitroso, los clorofluorocarbonos y trazas de otros gases GEI.
[13] Es bien conocido que el efecto invernadero es el que posibilita la vida en la Tierra; de no haber atmósfera y, por tanto, de no existir ese efecto invernadero, la temperatura media anual seria de aproximadamente – 18°C. Sin el efecto invernadero (que implica ~+33°C), el planeta sería inhabitable.
[14] El término palo de hockey es obra del climatólogo Jerry Mahlman, director del Laboratorio Geofísico de Dinámica de Fluidos de la NOAA, National Oceanic and Atmospheric Administration, en Princeton (EE. UU.). Con esa analogía describió el patrón de las temperaturas que era aparente en el gráfico.
[15] A este artículo inicial de 1998 le siguió otro inmediato posterior que se remontaba hasta el año 1000 después de Cristo.
[16] El IPCC es el Intergovernmental Panel on Climate Change, un organismo de la ONU.
[17] Northern Hemisphere Temperatures During the Past Millennium: Inferences, Uncertainties, and Limitations. Michael E. Mann and Raymond S. Bradley. Copyright 1999 by the American Geophysical Union.
[18] HADCRUT es el acrónimo de Hadley Centre/Climatic Research Unit Temperature. Se refiere al conjunto de datos de mediciones mensuales de temperatura obtenido por combinación de dos tipos de fuentes: las de temperatura de la superficie del mar, compiladas por el Hadley Centre de la Meteorological Office del Reino Unido y las de temperatura del aire de la superficie de las áreas emergidas, compiladas por la Climatic Research Unit (CRU) de la University of East Anglia. Los datos terrestres son proporcionados por una red de estaciones con grandes problemas de homogeneidad y de transformación del entorno a lo largo del tiempo, lo que ha provocado que se hayan elaborado sucesivas versiones: HADCRUT1, HADCRUT2, HADCRUT3 y HADCRUT4. HadCRUT4 es de 2012. Sus modificaciones (referidas a retoques en los sesgos en los ajustes de las temperaturas y a la ampliación de los modelos que describen las incertidumbres en las mediciones) han producido un incremento en las temperaturas medias estimadas para el período 1850/1955, haciendo descender las que se encuentran entre 1925 y 2005.
[19] http://climatereview.net/ChewTheFat/wp-content/uploads/2012/01/2000-Years-of-Temperature-The-Hockey-Stick.jpg
[20] https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/90/CO2-Temp.png/800px-CO2-Temp.png
[21] Es fundamental introducir la adjetivación “humana” o antropogénica para cuanto ha venido después.
[22] Que tuvo lugar aproximadamente entre el año 900 y el 1300 después de Cristo.
[23] Que se desarrolló entre los años 1350 y 1850.