Como pueden ver detalladamente en el suelto de El Economista que ven a continuación de esta frase, https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11932277/09/22/Portugal-subira-todas-las-pensiones-un-50-en-octubre-para-que-las-familias-hagan-frente-a-la-inflacion.html, el gobierno portugués ha cogido el toro por los cuernos. Se va a enfrentar a las consecuencias de la inflación que sufre Portugal como consecuencia de la muy errónea política de liquidez ilimitada y tipos de interés reales negativos que ha seguido el Banco Central Europeo desde hace muchos años.
Recordemos. La curva de tipos de interés del Euro desde 2009 es asintótica con el eje de abscisas, y a partir de 2014, paralela, con tipos que llegaron a ser negativos y con una masa monetaria disparada, algo así como “para no dejar a nadie atrás”. No es cierto, claro, pues se trataba de evitar una recesión o una estanflación, cuyas consecuencias se hubieran imputado a los rectores del BCE y, por extensión, a los de la UE como un todo y a los gobiernos de cada país miembro de la Unión Económica y Monetaria. Y hasta ahí podíamos llegar.
Como dijo Winston Churchill en 1938 tras el pacto o acuerdos de Munich[1], “por evitar la guerra caísteis en el deshonor y ahora tendréis deshonor y guerra”. Análogamente, por evitar la crisis, el paro y la recesión, el BCE[2] mantuvo dopada durante años la estructura económica de la zona Euro y ahora hay que reducir la liquidez y subir los tipos, habilitando una recesión y el paro consiguiente. Pero algunos han ganado diez años de impunidad.
Venía todo esto a cuento de que el gobierno portugués ha decidido minimizar los costes que la inflación supone para sus ciudadanos, a riesgo de potenciar precisamente la inflación en su propio país[3].
¿Y cómo lo ha hecho? Han propuesto un conjunto de medidas que, por sus plazos, son una mezcla de actuaciones de una sola vez y de medidas a lo largo del tiempo. Y por su origen, la mayoría de ellas pasa por una reducción general de impuestos (IVA, fundamentalmente), aunque tratándose de un ejecutivo socialdemócrata, no han podido evitar un conjunto de subvenciones por segmentos de población según renta.
Lo importante es que un Ejecutivo sedicentemente de izquierdas, ante un problema social de gran magnitud y carácter transversal, ha decidido reducir parte de sus ingresos, devolviendo a la gente parte de lo que la gente se ha visto obligada a entregar al Estado. Luego viene la floración discriminatoria en las transferencias con que todo Ejecutivo progresista adorna sus actos, que opacan las decisiones justas con las caprichosas que provienen de la llamada Justicia Social. Y de paso, como colofón, se arbitra un despliegue de recursos más propio del helicóptero de Bernanke[4] para estimular la demanda. Será por dinero …
Ya que no tienen Política Monetaria, tiran de Política Fiscal. Si quieren hacer algo por la gente a la que gobiernan, eso pueden hacer. Bien podrían limitarse a reducir la carga impositiva y dejarse de limitar precios (decididamente, es una manía socialista), pero eso es pedir peras al olmo.
Lo mejor del artículo es la despedida dirigida a las autoridades de Bruselas. Por supuesto que las cuentas del Estado portugués no van a cumplir con los objetivos prefijados. Decir que «vamos a cumplir los objetivos fijados de reducción de déficit y deuda pública» es claramente un brindis al sol comunitario. Si reduces los ingresos e incrementas los gastos, no vas a cumplir previsiones, rebus sic stantibus. A menos que el incremento esperado de consumo privado sobrecompense. Seguro que hay algún modelo econométrico que así lo afirma, así que, ¡adelante con los faroles!
¿Y en España?
Madrid,12 de septiembre de 2022
[1] Seguro que lo recuerdan. Chamberlain y Daladier se inclinaron ante Hitler tras la crisis de los sudetes, pensando que con cesiones neutralizarían al nacional socialismo en su expansión territorial, imperial. Ustedes ya saben lo que pasó.
[2] También la Reserva Federal. El pavor a las consecuencias políticas era el mismo.
[3] En la UE como un todo, cualquier impacto será muy menor por el peso relativo de Portugal.
[4] En 2002, cuatro años antes de que ocupara el puesto de gobernador de la Reserva Federal norteamericana, preguntaron a Ben Bernanke: «¿Usted qué haría si fuéramos a entrar en recesión?» La respuesta ha pasado a la Historia: «Me subiría a un helicóptero y empezaría a arrojar dinero». Eso crearía una inflación galopante, luego hacerlo ahora no parece lo más aconsejable. Y sin embargo… la estanflación hace extraños compañeros de cama.